La calidad de los datos es un aspecto subrayado en las agendas directivas de casi cualquier organización actual. Su adecuada gestión incide directamente en la marcha del negocio, ya que aporta valor y conocimiento integral de los clientes, el gran activo de cualquier empresa.
Su relevancia merece el tratamiento más profesional y avanzado posible, en todo su ciclo de vida, y ajustarse a las más rigurosas normativas en materia de seguridad de datos personales, como la regulación europea GDPR, que ha entrado en vigor este mismo año.
Una información consolidada, sin errores e igual para todos los miembros de la organización, demuestra hoy en día la consistencia y solidez corporativa, pero también comienza a ser una cuestión de supervivencia comercial. Su exactitud es clave para que operen todas las aplicaciones a pleno rendimiento y sean capaces de responder a las necesidades del mercado.
Por ello, cada vez más organizaciones afrontan la creación de un marco general de gestión de sus datos que garantice a todos sus miembros una información correcta y veraz. Una serie de datos limpios, coherentes y fidedignos sobre los productos, servicios, canales de distribución o los propios clientes, garantiza una mejora exponencial de los resultados, eficacia de las campañas comerciales y aumento en la satisfacción del cliente.
Con datos de calidad y la ayuda de herramientas de inteligencia de negocio, ya sea Big data o Business Intelligence tradicional, por ejemplo, se pueden establecer relaciones entre los registros, conocer mejor al cliente y llevar un control exhaustivo de las interacciones que mantiene éste con la empresa.
Pero también se gana en efectividad y rapidez, a la hora de encontrar la información que realmente es necesaria en cada momento. Y, para ello, resulta primordial llegar al denominado “dato maestro”, un punto de referencia común para toda la organización, correcto, completo, e igual para todos, pero sobre todo fiable.
El dato maestro es el primer punto de referencia común que permite iniciar una senda hacia la estandarización de la información corporativa, para que pueda ser tratado por diferentes arquitecturas, plataformas y aplicaciones IT. Un elemento común que puede ser representado y manejado por un sistema de gestión de datos maestros (MDM, en siglas en inglés), y aportar de esta forma un modelo integral estándar para gestionar la información crítica para el negocio.
En opinión de los analistas, la tecnología MDM es la alternativa que sienta las bases de la infraestructura IT del futuro, capaz de ofrecer funciones analíticas de los datos de los clientes, que se materialicen en mejores estrategias de negocio. En resumen, aporta una única versión de la verdad en la organización, y la hace extensible a todos sus miembros, para que pueda ser compartida e intercambiada, con consecuencias positivas para el negocio.
Los entornos de datos actuales son más interdependientes que nunca y buscan entablar nuevas relaciones entre ellos, por lo que muchas empresas recurren a MDM para navegar por la complejidad y encontrar respuestas a sus necesidades comerciales ¿Cómo lo hacen? descargue nuestra guía y conozca todos los detalles relacionados.