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Cómo agilizar el negocio con la nueva gestión empresarial

Publicado el 11/07/16 8:00

La agilidad parece una de las consignas de la era que vivimos y, pese a todo, incluso sabiendo que la Transformación Digital requiere de una revisión de los procesos y procedimientos internos, muchas organizaciones siguen aferradas a una gestión empresarial paleolítica. Un buen ejemplo de este tipo de prácticas son las evaluaciones 360, que aterran a directivos, incomodan a empleados y, pese a no aportar mucho, sí roban inmensas cantidades de tiempo que se convierte en improductividad en estado puro.

 

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Créditos fotográficos: istock Aleutie

¿Por qué se continúa con estos métodos? Inercia, resistencia al cambio o desconocimiento de una mejor opción son las tres causas más habituales para justificar la aplicación de esta técnica de evaluación del rendimiento individual. El problema es que, además, para ahondar en el error, los datos obtenidos de estos informes sirven de base, en muchos casos, para el establecimiento de las compensaciones y complementos retributivos sobre la base salarial. Algo casi inaudito en plena revolución tecnológica.

 

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Gestión empresarial: como todo, cuestión de datos

Cuando se conoce hasta la talla de pie de cada cliente, las horas a las que se conecta para navegar por internet y las veces que ha abierto la newsletter corporativa que puntualmente se envía a su email; y todo eso sin llegar a preguntarle nunca directamente; cómo no va a ser posible conocerlo todo de los empleados para llevar a cabo una gestión empresarial más objetiva, más transparente y, sobre todo, más eficaz.

Hay que desanclar la valoración del rendimiento de los dimes y diretes y de las percepciones subjetivas. Como tal, puede traducirse en distintos indicadores y medirse para conocer los resultados exactos, precisos, claros, que no necesitan una interpretación sino que informan asépticamente de la realidad. Ésta es la gestión empresarial que consigue objetivos y logra además:

  • Retener el talento.
  • Atraer nuevos perfiles altamente cualificados.
  • Mejorar la motivación de los empleados.
  • Construir un ambiente de trabajo más positivo.

Un cuadro de mando es la herramienta idónea para monitorizar la evolución del rendimiento de un individuo, un equipo de trabajo, un departamento y el negocio en conjunto. A través de esta herramienta se puede conocer de forma puntual y con detalle lo que sucede en la empresa en términos de productividad.

Los empleados ya no necesitan hacer que trabajan, como sucedía en los tiempos de la evaluación 360. Ahora ya no hacen horas extras a no ser que sean necesarias y estén justificadas. No tienen que demostrar nada a nadie ya que todo se recoge de otra forma. Además de transformar los hábitos de las personas, que comienzan a ver sus niveles de estrés reducidos y a disfrutar de una mayor conciliación de vida laboral y familiar; las consecuencias para el entorno de trabajo son altamente positivas.

Se acabaron las suspicacias, los juicios de valor, las rivalidades y da comienzo una nueva etapa de más compañerismo, de competitividad sana y de transparencia de la que todos disfrutan. El ambiente se torna más productivo, los trabajadores están más motivados y los gerentes se pueden preocupar por mejorar su gestión empresarial, al tener toda la información que necesitan a su alcance, para poder guiar con éxito a cada individuo hacia la consecución de sus objetivos.

 

Guiar, no imponer. La gestión empresarial consciente que promueve la tecnología

La fuerza de una sugerencia da cien vueltas a la de una orden y es que, el ser humano prefiere descubrir, decidir y tener autonomía. A las personas no les gusta acatar un mandato, recibir una instrucción que no se acompaña por una explicación ni que desde la dirección se impongan medidas sin conocer por qué hechos están motivadas.

La gestión empresarial necesita apoyarse en el conocimiento de los factores que impulsan la motivación para aprovecharlos a su favor y lograr que se alcancen objetivos. Empezando por la productividad. Es complicado que el rendimiento sea el deseado si no existe compromiso, pero pocos individuos se vincularán de esta forma con una empresa, una meta o una idea si no perciben transparencia y honestidad.

Para conseguirlo, para ganar credibilidad y poder mantenerla, es necesario que las organizaciones busquen la forma de evolucionar hacia un modelo de negocio impulsado por los datos.

El acceso a la información, rápido, fácil y confiable que brindan nuevas tecnologías, como el cuadro de mando o algunas aplicaciones, permite mejorar la eficiencia en las relaciones con el exterior de la empresa (proveedores, clientes y socios) y hacerlo también de puertas para dentro.

En este sentido, cabría destacar la iniciativa de un negocio de moda del sector retail, líder en Europa, que está implementando una herramienta en tiempo real en la que confluyen fuentes de datos estructuradas y no estructuradas, para proveer de retroalimentación sobre el desempeño a los usuarios de negocio. Su actuación en reuniones, la calidad de su participación en sesiones de resolución de problemas, la tasa de proyectos terminados, o la contribución al éxito de lanzamientos y campañas puede ser conocida en tiempo real con tan solo lanzar una consulta.

De esta forma, los empleados pueden solicitar feedback de supervisores, colegas y  también de sus clientes internos a través de una aplicación que les proporciona el acceso a comentarios tanto positivos como más críticos, de una manera lúdica y atractiva, que incita a la participación.

Con sus pros y sus contras, esta idea demuestra que la gestión empresarial tiene las posibilidades y cuenta con los medios necesarios para adaptarse a los nuevos tiempos, garantizando la participación de los empleados, fomentando la transparencia y buscando la inmediatez, para una toma de decisiones más justa y acertada.

 

cuadro de mando integral