El concepto de inteligencia empresarial se refiere fundamentalmente a los procesos y soluciones que permiten una toma de decisiones basada en datos concretos sobre el desarrollo de negocio. Este tipo de herramientas realizan informes y analíticas que permiten comparar datos o elaborar reportes que resultan muy útiles para la directiva y los distintos departamentos de la empresa. En otras ocasiones ya te hemos hablado de su importancia, por eso hoy queremos dar marcha atrás en el tiempo para que entiendas cómo nace esta disciplina y cómo ha ido evolucionando a lo largo del tiempo.
Breve historia de la inteligencia empresarial
Antes de la llegada del computador tal y como lo conocemos, en la década de los 60, las tomas de decisiones se basaban también en datos, pero estos se analizaban básicamente a través de documentos en papel. Como te podrás imaginar, las grandes empresas necesitaban un gran espacio de almacenamiento para poder hacer frente a toda esta información. Con la llegada del ordenador, este tipo de almacenamiento se hacía a través de medios digitales, pero los primeros computadores no eran, ni de lejos, igual de potentes que ahora, así que las carencias todavía eran muy significativas.
A finales de esta década se introduce en el funcionamiento de las empresas el análisis de información a través de bases de datos. Eran herramientas muy útiles que permitían la gestión de información y por lo tanto una mejor toma de decisiones, pero era necesario contar con personal cualificado en su análisis para poder sacar informes de calidad.
La década de los 70 vino marcada, en este sentido, por la aparición de software llamado “de gestión de negocio”. Junto a las bases de datos, supusieron un gran avance en la recolección, gestión y utilización de la información, pero todavía quedaba mucho por hacer.
Las primeras aplicaciones de inteligencia empresarial tendrían que esperar casi 20 años más. El concepto surge en 1989 y fue acuñado por Howard Dresner, que lo utilizaba para definir los conceptos y técnica que se utilizaban para mejorar la toma de decisiones dentro de una organización. Durante la siguiente década su éxito fue masivo, ya que se convirtió en una herramienta indispensable para muchos negocios.
A partir de ese momento, las herramientas de inteligencia empresarial empezaron a evolucionar hacia lo que conocemos hoy, incluyendo nuevas especificaciones y funciones y sobre todo solucionando problemas de interfaz, almacenamiento de información y uso. Así, han logrado adaptarse exactamente a las necesidades de cada empresa, creando una solución personalizada y valiosa a la hora de tomar decisiones.
La inteligencia de negocio ha permitido a muchas empresas mejorar su crecimiento gracias a la mejora en la gestión de la información. Los grandes negocios se enfrentan constantemente a nuevas necesidades y situaciones a las que tienen que hacer frente, por eso es importante que a la hora de decidir qué hacer se basen en datos reales y previsiones concretas que no dejan lugar a error. A partir de la década de los 70, asistimos al nacimiento de las llamadas aplicaciones de gestión de negocio, que han ido evolucionando y generando nuevas herramientas como el cuadro de mando integral, que es crucial en el trabajo de miles de empresas en todo el mundo.
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