El contar con datos suficientes no garantiza el buen fin de Business Analytics, ni de la BI. Para una toma de decisiones exenta de riesgo, los datos han de ser válidos, íntegros, fiables, consistentes, completos... estos atributos de la calidad del dato no son inherentes al mismo, sino que requieren de la aplicación de técnicas de gestión de la calidad que midan, evalúen, mejoren y puedan asegurar la idoneidad de los datos para su uso.
Dentro de la estrategia corporativa de gestión de los datos, habría que acordar determinados niveles de servicio de la calidad de los mismos y, a la vez, definir métricas. De esta forma, se estaría fomentando la conciencia hacia la calidad de los datos, necesaria para definir tanto las reglas de negocio, como los requerimientos que se necesitan si se quieren procurar las condiciones óptimas para el análisis. Posteriormente, habría que completar estas acciones con campañas de depuración y limpieza de los datos que, probablemente deban tener previsto su enriquecimiento y homologación en determinados casos.