Otra de las claves de un cuadro de mando es el fomentar un diseño adecuado al uso de cada uno de los usuarios en el formato que lo requiera, pero siguiendo una metodología que garantice un estándar a toda la organización. En este sentido, preferentemente, el diseño debe tener en cuenta aspectos referentes a la visión que ofrece, a la forma de navegar por el cuadro de mando y al perfil de usuario, principalmente.
Los cuatro puntos siguientes recogen las directrices más importantes si se quiere trabajar con un cuadro de mando útil, accesible, user friendly y adaptado a la empresa usuaria:
1. Visión Single Page. Para lograrlo, la página principal del cuadro de mando tendría que poder abarcarse de un solo golpe de vista y para ello debe:
• Contenerse en una única página.
• No generar scrolling vertical ni horizontal.
• No incorporar objetos ocultos.
• Sus contenidos, al mismo tiempo que representan información, tendrían que ser enlaces a información de detalle.
2. Inclusión de datos dispares. El cuadro de mando ha de ser capaz de contextualizar indicadores de distintas índoles y áreas:
• Dividiendo la home (página de inicio) en cuadrantes que representen diferentes KPIs.
• Disponer de filtros (de tiempo, de territorio, de productos): tanto a nivel de contexto a todo el cuadro de mando como de tipo particular y por cuadrante.
3. Definición de la estrategia de navegación. Un aspecto clave, que tiene mucho que ver con el objetivo y con el usuario. Dada su importancia, trataremos sobre él de forma separada, dedicándole otro post.
4. Establecimiento de los estándares gráficos corporativos. Este punto comprende desde los colores con que la organización se identifica, hasta el tipo de letra. Se trata de normalizar y fomentar los estándares, sin perder de vista la finalidad que se persigue, para poder garantizar la coherencia de lo que se quiere medir.
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