El éxito en esta cuarta fase de implementación del cuadro de mando integral depende del rigor y la profundidad con que se hayan llevado a cabo las etapas anteriores del proceso. De hecho, los logros que de este último punto se deriven se deberán en gran medida a las consecuciones previas, de la misma forma que, las estridencias, desviaciones e imperfecciones de que pudiera adolecer, encontrarían su causa en cualquiera de los pasos precedentes, repercutiendo directamente en la funcionalidad del cuadro de mando integral y en su correcta implementación.
El final de la trayectoria del cuadro de mando integral en su fase de implementación es el principio de su vida útil en el seno de la organización aunque, si todo se ha realizado de la manera correcta, seguramente ya se han obtenido los primeros frutos, al menos en lo concerniente a autoconocimiento, responsabilidad, cohesión y enfoque.
Para llevar a cabo esta fase se hace necesario cumplir los siguientes pasos que liderará el equipo guía contando con el consejo del equipo experto:
• Divulgación: la comunicación es fundamental para lograr la alineación de toda la empresa. Se apoyaría en la formación e información que permitan asegurar la cualificación de todos los usuarios que interactuarán con el cuadro de mando integral una vez esté implementado, permitiéndoles sacarle el máximo partido.
• Automatización: está muy relacionada con la calidad del dato, decisiva a la hora de pasar al análisis. Porque el cuadro de mando integral puede estar midiendo indicadores más cualitativos como satisfacción del cliente, tiempos de respuesta, liderazgo, posicionamiento en el mercado; pero para realmente ser capaz de obtener estas métricas, es necesario medir y en función de ciertas ponderaciones, matemáticas o funcionales, obtener el resultado del indicador. Y esto requiere la objetividad que aporta la automatización, que es fundamental para evitar la dispersión en las mediciones, para tener la seguridad de que son fiables, de que el dato es consistente, etc.
• Agenda gerencial con cuadro de mando integral: permite trasladar en el tiempo la gestión de iniciativas.
• Plan de acción para detalles no completados: que asegure la solidez del plan de acción en relación a las iniciativas planteadas.
• Plan de alineación de iniciativas y objetivos estratégicos: trata de evitar desviaciones entre ambos, para facilitar y agilizar el cumplimiento de estos últimos.
• Plan de despliegue a toda la organización: que redunda en la importancia de que todos los participantes conozcan y se impliquen en el proyecto de cuadro de mando integral.