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Qué hay que saber para implantar un cuadro de mando integral

Escrito por Logicalis | 11/11/13 8:00

¿Está tu empresa preparada para implantar un cuadro de mando integral? ¿Conoces el momento más indicado para poner el proceso en marcha? ¿Sabes cómo hacerlo? ¿Necesitas razones para justificar el porqué de introducirlo en vuestras rutinas? ¿Conoces las claves para definir un cuadro de mando integral?

 

                      

 

CÓMO

El cuadro de mando integral debe ser implementado a todos los niveles organizacionales. Esta herramienta aporta un potencial extraordinario en materia de gestión que no puede limitarse de raíz al quedar acotado a determinadas áreas o responsables.

Su capacidad impactará directamente en la profundidad de análisis que de los datos aportados por él se obtengan y por ello, la obtención de esta ventaja competitiva requiere de un esfuerzo previo de comunicación y de integración que será muy sencillo de mantener en el tiempo gracias a la automatización que proporciona.

 

CUÁNDO

En principio, no existe un momento mejor o peor. Etapas de crecimiento, de recesión; las circunstancias no son tan determinantes para el éxito de la implantación del cuadro de mando integral como lo es la existencia de una cultura de trabajo orientado a objetivos. Ello, unido a una cierta madurez analítica son las claves del éxito del proyecto.

Cumplir este ciclo de madurez necesario en cualquier entorno tecnológico pasaría por:

- Dar cobertura informacional a las áreas más operativas a través del reporting (financiero, de ventas, etc.).

- Incorporar procesos de planificación y presupuestación.

- Escalar a los mandos intermedios con los cuadros de mando tácticos.

Finalizado el proceso, sería el momento indicado para comenzar con la implantación del cuadro de mando integral apelando a la responsabilidad global de la compañía sustentada en una sólida comunicación interna.

 

DÓNDE

Existen dos alternativas, igualmente eficaces para plantear la evolución de la gestión apoyada en el cuadro de mando integral. La elección de una u otra dependerá de las necesidades e intereses de cada empresa que deberá escoger:

- Top down: esta opción alcanza los niveles más altos de la organización, puesto que parte de ellos, una característica que le confiere múltiples ventajas a la hora de desarrollar su gestión verticalmente hacia distintos niveles y departamentos.

- Bottom up: generalmente esta alternativa parte de un enfoque táctico, mucho más operativo que eleva el conocimiento desde la áreas funcionales basado en su experiencia hacia los niveles superiores.

 

QUIÉN

Responder a esta cuestión requiere de un vasto conocimiento de la estructura interna de la empresa y su funcionamiento real, en la práctica. La definición del cuadro de mando integral requiere, ya desde ese prematuro momento, de distintos individuos responsables cada uno de su propia área en función de su rol, competencias o know how.

En el cuadro de mando integral, toda la gestión de iniciativas se asocia a un responsable que define su área dentro del mismo aportando su experiencia y conocimiento a los equipos encargados de la implantación.

 

POR QUÉ

La definición de un cuadro de mando integral está íntimamente ligada a su implantación ya que no existe uno estándar, ni siquiera desde una concepción vertical que ataña a un sector en concreto. La razón es que sería imposible porque el cuadro de mando integral es el equivalente más próximo al ADN de cada compañía. Cuando llega el momento se debe optar por la personalización al ser la única forma de expresar la propia estrategia en un medio automatizado que canalice los esfuerzos organizacionales en resultados que puedan medirse. Algo muy distinto sería hablar de cuadro de mando táctico, ya que en este caso sí que podría configurarse una herramienta de corte más amplio.