Uno de los principales objetivos de las empresas es conseguir una rentabilidad constante, es decir, aumentar los beneficios de la empresa tanto en términos económicos como en términos financieros. Antes de nada, nos gustaría explicarte la diferencia entre el concepto de rentabilidad económica y el de rentabilidad financiera, para hablarte de un recurso que puede ser de utilidad en este sentido y que está relacionado con la toma de decisiones.
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En el mundo empresarial estos son dos términos muy utilizados, que, aunque se refieren a un objetivo común de las empresas tienen diferentes matices que debes concer. Así, la rentabilidad es la acción de conseguir los máximos beneficios teniendo en cuenta las inversiones realizadas. En el caso de la económica, esas inversiones se hacen en activos, es decir, estudia la rentabilidad obtenida por la empresa utilizando recursos diferentes sin importar su forma de obtención o financiamiento. La financiera, en cambio, tiene en cuenta solamente el patrimonio propio de la compañía, que va a determinar los beneficios en base a los recursos propios.
El objetivo de todas las compañías es conseguir la mayor rentabilidad, que se logra realizando las acciones más inteligentes para cada proceso. Para ello, es importante conocer todos los factores de desarrollo de las mismas, por eso la analítica es tan importante en este sentido. Aquellos negocios que aplican técnicas de big data o analítica de información son más propensos a identificar los riesgos y oportunidades del mercado y utilizar estos datos en la toma de decisiones.
Cuando una compañía quiere poner en marcha un nuevo modelo de negocio o aumentar sus beneficios debe tener en cuenta diferentes aspectos. Por ejemplo, ¿responderán los consumidores de forma positiva a este cambio? ¿Está la competencia llevando a cabo acciones de este tipo? Todas estas preguntas tienen respuesta en el análisis de la información procedente de la propia empresa y de aquella que genera el mercado por sí solo. Es decir, que la analítica de datos permite sacar información de diferentes procesos.
Este es un elemento de mucho valor para aquellas compañías que quieren asegurarse los mejores beneficios con la inversión que van a realizar, por eso es una de las principales apuestas en cuestiones de rentabilidad financiera y económica. Si no se analiza la información disponible de forma correcta, un negocio puede pasar por alto factores que pueden influir directamente en la obtención de beneficios, tanto para bien como para mal.
Así, cada vez más negocios valoran estas técnicas en la consecución de sus objetivos empresariales, utilizándolas en tomas de decisiones en cuestiones de búsqueda de financiación, oportunidades de negocio o fidelización de clientes, básicos en la obtención de nuevos beneficios. Por eso, para lograr una rentabilidad económica y financiera que implique el éxito total de las actividades hay que conocer el entorno y las probabilidades de éxito, de manera que poner en marcha una estrategia de analítica predictiva con elementos relacionados con el big data y la inteligencia de negocio es una opción cada vez más estudiada y usada.
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