¿Es la honestidad una cualidad humana? Ser decente, decoroso, recatado, pudoroso, razonable, justo, recto u honrado, tal y como define la RAE el término, cada vez es más sencillo... o menos complicado, según se mire. Todo gracias a los dashboards. Ya no es una cuestión de honor, sino de pragmatismo. Los dashboards destapan la verdad de forma tajante. Y ésta cae como una losa. Para algunos filósofos de nuestro tiempo es obra y gracia de big data, que nos hace más honestos en su convulsión de tecnología y flujos de información.
Créditos fotográficos: istock photo 51776128
Descubrir, monitorizar, interpretar... ya no hay estrategia empresarial que no utilice los datos para encontrar la forma de optimizar los esfuerzos de la organización. Son escasos los lugares de trabajo donde no se emplean cuadros de mando para tomar decisiones basadas en la fiabilidad, exactitud, precisión y relevancia de los datos.
La verdad está ahí fuera. Y está al alcance de las manos, sólo hace falta contar con los dashboards que permitan:
Entender el comportamiento del consumidor: seguirlos a través de su experiencia usuaria y a lo largo de todo su ciclo de compra. Sólo así es posible entender las verdades que hay detrás de sus razones para escapar del flujo de ventas de negocio, es la única manera de comprender las motivaciones detrás de sus acciones. Los dashboards también permiten obtener conocimientos de gran valor que ayudan a comunicarse mejor con el público objetivo, logrando que se entienda el mensaje deseado.
Orientar los esfuerzos de marketing en la dirección correcta: se trata, en definitiva, de justificar estos esfuerzos con una visión clara del rendimiento real de las campañas. Mientras que algunas ideas pueden no ser tan eficaces como gustaría, otras sorprenden dejando el listón mucho más alto de lo que podía haberse imaginado. Pero lo importante es que ya no hay que basarse en estimaciones, el ingrediente necesario para prolongar la mediocridad; sino que con los dashboards se da el paso de las opiniones a la objetividad.
Esclarecer el caos de las redes sociales: la frustración que aumenta al encontrarse perdido en el laberinto de las redes sociales es una emoción compartida por bastantes responsables de negocio. Se trata de un mal necesario ya que es peligroso prescindir de estas fuentes y la visión que aportan. Mediante la integración y la comparación de datos de medios sociales se puede conectar directamente con el público objetivo, independientemente de la distancia. Probar y medir los canales en busca de respuestas honestas permite acercarse y colaborar con los contactos de la red pero resulta francamente difícil de hacer sin el apoyo de los dashboards que, además de simplificar esta tarea, impulsan el ahorro de tiempo.
Mejorar resultados comerciales: por supuesto, hay que alcanzar objetivos. La transparencia de los dashboards consigue que se detecten las desviaciones a tiempo de corregirlas. Ya no es necesario esperar a los resultados finales, es posible evitar situaciones desagradables ya que los cuadros de mando permiten probar varias estrategias para llegar al objetivo deseado teniendo, en todo momento, el control sobre el curso de acción en forma de una representación clara y precisa de cómo funciona el negocio realmente.
En este sentido, en el mercado existen soluciones como es el caso de IBM Cognos que ayudan a las empresas a tomar decisiones orientadas a mejorar los resultados de negocio.
Post relacionados:
Planificación financiera: el cuadro de mando en la decisión de inversión