MTBF son las siglas que corresponden a la expresión en inglés: Medium Time Between Failure, tiempo medio entre fallos, un indicador que representa en tiempo medio transcurrido entre la aparición de un fallo y la generación del siguiente, o lo que es lo mismo, la frecuencia de error de un sistema.
Durante ese plazo de tiempo que queda reflejado gracias al MTBF se conoce la porción de tiempo máxima durante la que un proceso funciona sin errores. Es el periodo que transcurre hasta que es necesario reparar nuevamente una avería.
El MTBF es una variable que puede aludir al presente o al futuro de un sistema en relación a su funcionamiento. Se puede necesitar calcular el MTBF de un sistema para un periodo concreto en el pasado, de forma que se extraiga un conocimiento concreto sobre:
La forma de trabajar.
Los puntos débiles del sistema.
Las reparaciones más efectivas.
Los fallos más recurrentes.
También es habitual calcular el MTBF en el presente. Aplicado a los sistemas en marcha, permite obtener una visión de la realidad que favorece:
La planificación.
El aprovechamiento de recursos.
La prevención de errores.
La contención del gasto.
En cualquiera de los casos, el procedimiento para obtener el MTBF es la observación. Esta observación puede llevarse a cabo de forma manual o automatizarse.
La automatización implica importantes beneficios, en especial si se compara con el trabajo manual; no sólo en cuanto al cálculo de MTBF, sino en cualquier aspecto del negocio. En concreto, cuando se trata de hallar el MTBF, automatizar la recogida de métricas supone:
Evitar errores humanos.
Obtener datos fiables y de mayor calidad.
Tener la posibilidad de acceder a la información en tiempo real.
Fomentar la compartición de información entre diferentes usuarios de negocio, con distintos objetivos.
Los dos últimos aspectos tienen mucho que ver con una herramienta tecnológica cada vez más habitual en las empresas hoy día, independientemente de su sector: el cuadro de mando.
Este instrumento facilita la visualización con una peculiaridad, la sencillez a la hora de configurar el modo en que se muestra la información, que ha de poder personalizarse. De esta forma, al monitorizar, por ejemplo, el MTBF a través de un cuadro de mando se puede:
Escoger si se quiere tener acceso a los datos recogidos en tiempo real, para áreas donde evitar una parada del sistema es crítico.
Personalizar la forma en que se presenta la información, dando mayor relevancia a los datos procedentes de la monitorización de las áreas más sensibles.
Comparar los valores de MTBF recogidos en un periodo en tiempo presente con los obtenidos en un plzo de tiempo equivalente en el pasado.
Multiplicar las capacidades de reporting, introduciendo gráficos y otras opciones visuales que facilitan su comprensión.
Generalmente, a la vez que se controla el MTBF es habitual hacer un seguimiento del MTTR, medium time to repair, que indica la media de minutos/horas necesarios hasta concluir la reparación de una avería; una variable que también puede incorporarse al cuadro de mando para complementar a la información aportada por la monitorización de MTBF.
Post relacionados: