La propuesta de valor de las nuevas herramientas de visualización de datos va más allá de la simple creación de gráficos y tablas. Sin embargo, muchos usuarios de negocio no saben o no se deciden a explotar el potencial de sus nuevas capacidades de visualización, prefiriendo quedarse estancados en una forma de trabajar que no difiere demasiado de la que tenían a su alcance con las herramientas básicas de escritorio. El entusiasmo proviene de la gerencia, que se pierde en elecciones tecnológicas que, muchas veces, no necesitan de tanta sofisticación y, otras, no saben cómo transmitir al resto de integrantes de la organización.
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Para evitar este problema, tan frecuente, es necesario pararse a pensar en qué consiste la propuesta de valor de las herramientas de visualización de datos:
1. Permitir a los usuarios crear mejores efectos visuales a partir de los datos.
2. Mejorar sus capacidades analíticas.
3. Aumentar su velocidad de respuesta.
4. Afinar la precisión en la toma de decisiones de negocio.
5. Democratizar el big data.
6. Mejorar las capacidades de autoservicio.
Este tipo de herramientas permite a los usuarios explorar, resumir y visualizar datos en la forma que estimen conveniente. Ya no dependen de IT, ya no limitan sus posibilidades a formatos predeterminados, rutas predefinidas, ni a condiciones de acceso burocratizadas, lentas y rígidas. Al tener la flexibilidad necesaria para acceder a diferentes fuentes de datos de la forma deseada y en el momento oportuno, los usuarios son capaces de:
- Identificar patrones sobre la marcha.
- Descubrir ideas.
- Identificar tendencias.
La inversión que las organizaciones realizan en herramientas de visualización está más que justificada. Las posibilidades están ahí, los usuarios tienen todo lo que necesitan al alcance de la mano pero, entonces ¿qué les separa de ese golpe de ratón que marca la diferencia entre el antes y el ahora?
En la mayoría de los casos, se trata de una cuestión de comunicación. Más bien de falta de ella. La gerencia, tras el proceso de selección, la evaluación de posibilidades y la decisión final de adquisición de una herramienta adecuada; da por finalizado el proceso. Grave error, están frenando antes de iniciar la marcha.
El momento crucial de cualquier proyecto de visualización de datos es la implementación y el despliegue. La comunicación, formación e información es esencial para hacer partícipes a todos los usuarios de negocio de la propuesta de valor que implica la visualización.
La falta de implicación es la causa de que muchas organizaciones no estén experimentando todos los beneficios de sus inversiones en grandes de datos y visualización. Evitarlo depende de:
A/ Elegir la herramienta de visualización idónea (que no es ni la más cara, ni el último modelo, sino la que cubre las necesidades de negocio)
B/ Exponer la necesidad de introducir herramientas de visualización, explicando el problema que resuelven y las oportunidades que brindan.
C/ No limitar el acceso a estas herramientas a usuarios con conocimientos avanzados de datos.
D/ Instruir al personal en el manejo de la herramienta elegida.
E/ Evaluar la transición del uso de las herramientas de escritorio o BI tradicionales a la utilización de las nuevas herramientas de visualización, para comprobar que la propuesta de valor se ha integrado en la cultura de empresa de forma efectiva.