Los indicadores financieros son uno de los cuatro conjuntos de indicadores KPI considerados estructurales, si abordamos su naturaleza desde el punto de vista del Cuadro de Mando Integral y de sus perspectivas (del cliente, de procesos internos, de crecimiento y, por supuesto, financiera).
Dentro del gran grupo de los indicadores financieros podemos identificar, a su vez, distintos tipos de KPI según las operaciones, las actividades y/o los procesos que se encarguen de monitorizar, los cuales sería posible agrupar en categorías como las siguientes:
KPI de gestión
KPI de rentabilidad
KPI de liquidez
KPI de solvencia
Por supuesto, no son estas las únicas tipologías de indicadores financieros que podemos identificar y establecer como fundamentales; otras, como los indicadores de mercado, de actividad o de ganancia figurarían también entre las prioritarias.
No obstante, es preciso que a parte de los indicadores especializados en la evaluación de actividades concretas, se establezcan KPI de tipo transversal que monitoricen su desempeño bajo unos mismos estándares, y que ofrezcan un diagnóstico claro de la consecución de los objetivos previamente establecidos teniendo en cuenta el nivel de eficiencia de las operaciones financieras implicadas en el plan estratégico corporativo.
En primer lugar, es preciso distinguir convenientemente los indicadores de eficiencia de otros KPI potencialmente confundibles con ellos, como los indicadores de eficacia.
Los indicadores de eficacia diagnostican la consecución de los objetivos estratégicos propuestos, potencialmente teniendo en cuenta variables de tipo secundario como el tiempo o los recursos previstos para ello, pero siempre manteniendo su carácter absoluto. Es decir, en último término muestran si el objetivo establecido y propuesto para su monitorización se ha alcanzado o no, con la posibilidad de añadir, como decíamos, variables que no modifican esencialmente su tipología.
En cambio, los objetivos de eficiencia son eminentemente relativos; es decir, por su carácter, dependen de variables que deben considerarse de tipo principal, como costes, tiempos, rotaciones, producción o beneficios obtenidos.
Es decir, los indicadores financieros de eficiencia centran su atención en el cómo, en el modo en el que se ha logrado un objetivo determinado en relación con una o más variables determinantes, siendo algunos de los más comúnmente empleados los siguientes:
Indicadores de rotación: evalúan las veces que se realizan los pagos, los ingresos, los inventarios.... (según las actividades que monitoricen), en relación con los costes y los beneficios promedios previstos por el departamento financiero. Los indicadores de rotación de inventarios, de activos o de proveedores serían algunos ejemplos de indicadores financieros de eficiencia en cuanto a rotación.
Indicadores de período: como los anteriores, ofrecen un diagnóstico de los pagos, los cobros... en relación con los promedios de tiempo previstos para que estos se materialicen.
Indicadores de inversión: monitorizan el resultado de las inversiones realizadas en función de los costes, los recursos empleados y los beneficios obtenidos previstos por el departamento financiero, estableciéndose previamente uno o distintos períodos de tiempo para la consecución de los objetivos previamente concretados.
Como vemos, los indicadores de eficiencia financiera están íntimamente relacionados con las actividades de presupuestación, por lo que recomendamos ampliar la información expuesta aquí con recursos formativos sobre este mismo tema, como la guía Presupuestación: características, técnicas y reporting.
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