En no mucho tiempo, Internet de las Cosas y los avances que se realicen en esta materia dejarán atrás, en una consideración de mera anécdota, el volumen y la variedad de los datos que actualmente se manejan. Sirva de ejemplo este dato: los expertos estiman que dentro de 5 años, más de 25.000 millones de dispositivos alimentarán los datos obtenidos a través de IdC, y que las tecnologías y los sistemas basados en su desarrollo aportarán cerca de 13 billones de euros (con «b») al producto interior bruto mundial.
Internet de las Cosas está íntimamente relacionada con la posibilidad (y la necesidad) de controlar y monitorizar estados, actividades y procesos de la índole más diversa. El mecanismo es fácilmente inteligible: un mismo dispositivo actúa como emisor de ondas de radiofrecuencia, que son captadas por chips RFID (identificación por radiofrecuencia) insertados en aquello que se desea monitorizar, y devueltas al dispositivo emisor que esta vez actúa como receptor de la información transmitida, enriquecida con los datos necesarios para aportar distintas informaciones relevantes (posición, estado, uso...).
Las aplicaciones de Internet de las Cosas son prácticamente infinitas: cualquier objeto es susceptible de ser monitorizado a distancia. Y en una relación directa con su uso, la cantidad de nuevos datos aportados se incrementa de un modo exponencial.
Es evidente que, ante tales perspectivas de futuro (un futuro inmediato, no lo olvidemos), los avances en materia de análisis y gestión de datos cobren una relevancia más que destacada, primordial tanto para empresas como particulares, todos ellos consumidores potenciales de las soluciones que las compañías especializadas lancen al mercado bajo múltiples formas y formatos (software, aplicaciones para móvil...).
Ya hoy estamos asistiendo a movimientos que apuntan en este sentido. El más reciente, la inversión que IBM (líder mundial en la oferta de soluciones Business Intelligente y data analytics) ha realizado para desarrollar una nueva unidad de negocio, asociada a varios centros de I+D+i y enfocada únicamente a desarrollar soluciones para Internet de las Cosas.
Una inversión cercana a los 3.000 millones USD y que ya he empezado a concretarse, en ciertas áreas (de momento las relacionadas con el desarrollo de soluciones para el mundo empresarial), en soluciones con nombre y apellido, como IBM IoT Cloud Open Platform, una plataforma de gestión de datos para IdC basada en servicios cloud.
Los primeros retos a afrontar en este nuevo proyecto, según sus responsables, están relacionados con el incremento de la seguridad y la fiabilidad de los sistemas de captación, almacenamiento y gestión de datos en la nube, un obstáculo que compartirá protagonismo con otros retos, sobre los cuales y sus posibles soluciones conoceremos más detalles en los próximos meses.
Un horizonte cercano, inminente, que nos recuerda la importancia de poseer una estrategia de gestión de datos adecuada, un asunto que recursos como la guía gratuita 10 claves para definir tu estrategia corporativa de gestión de datos pueden ayudar a afrontar con la máxima solvencia.
Post relacionados: