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La importancia de un correcto gobierno de datos

Escrito por Logicalis | 15/07/20 14:15

Cuando hablamos del gobierno de los datos en una organización, hablamos de la capacidad que la compañía tiene para gestionar el conocimiento sobre la información que posee, de dónde procede, dónde se almacena y si cumplen con la política de empresa con el fin de administrar, mejorar y aprovechar la información de forma que pueda aportar mejora de la percepción y confianza en la toma de decisiones y operaciones empresariales.

El gobierno de datos se debe tratar con el cuidado y rigor que gestionamos el resto de activos de la organización. Las consecuencias de este gobierno se manifiestan, tanto en los procesos básicos de la empresa como en el mantenimiento del hardware y las aplicaciones o en la integración de estos datos.

No gestionar correctamente la información se verá reflejado negativamente en la cuenta de explotación de la organización, porque va a implicar una pérdida de activos de la empresa, un riesgo para la toma de decisiones y una inconsistencia de las estrategias generales. Además, provoca pérdidas de confianza en los datos y expone la organización a posibles sanciones por el incumplimiento de las normativas sobre gestión de datos.

Las personas al mando de cualquier organización están obligadas a gestionarlas correctamente si no quieren tener que afrontar sanciones por parte de los clientes y los gobiernos, ya que en un mundo globalizado, el valor de los datos es de máxima relevancia y su correcto tratamiento no es opcional.

 

¿Quién es el encargado de gestionar los datos?

Ante ésta realidad, nos encontramos cada día más con una nueva figura en las organizaciones: el CDO (Chief Data Officer), el responsable de los datos, cuya responsabilidad principal es la de ordenar y adecuar la gestión de los datos como lo que son, un activo más de la empresa. Su función, más allá de la gestión de su ciclo de vida completo (desde su creación, su almacenamiento, su seguridad y privacidad, su calidad, políticas de acceso hasta su destrucción) debe ser capaz de marcar una estrategia integral a largo plazo, que prevea los distintos estadios durante todo el proceso y aporte valor mediante su análisis.

Por lo tanto, la capacidad de las organizaciones a la hora de medir la aportación del gobierno de datos, tanto cuantitativamente como cualitativamente, en su cuenta de resultados, marcará la creación de valor para su negocio.

 

Las organizaciones que generen mayor valor a partir de este buen gobierno irán siempre por delante de aquellos competidores que, incapaces de calcular el impacto negativo de no identificar los problemas y riesgos, perderán oportunidades de negocio y no mejorarán su prestación de servicios.

Además, no contar con los datos adecuados a la hora de tomar decisiones y los riesgos operativos que comporta, supone un impacto negativo y expone a la empresa a multas millonarias por no cumplir con la legislación. No en vano, incumplir el GDPR (Reglamento Europeo de Protección de Datos), implica sanciones que van desde el 4% de la facturación anual de la empresa hasta los 20 millones de euros, cantidades que suponen un enorme impacto a cualquier cuenta de resultados.

Toda empresa que no dispone de políticas de gobierno de datos debería entonces enfocarse en su puesta en marcha, y las que ya las tienen, deberían impulsar proyectos que les permita medir su eficacia y visibilizar los resultados positivos de su correcta ejecución en base a tiempo y recursos dedicados, o a la mejora de la imagen, confianza y seguridad que aportan y, sobretodo, el valor que aportan los datos en la generación de nuevas oportunidades de negocio.