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La invasión del cuadro de mando

Escrito por Logicalis | 5/10/15 6:00

Desde que se han descubierto las posibilidades de la visualización de datos, desde que big data ha conseguido que (casi) todo sea posible y desde que los mercados avanzan a un ritmo vertiginoso, el cuadro de mando es la herramienta de negocio por excelencia. Más que tratarse de palabras de moda, las soluciones con cuadro de mando ponen a disposición del usuario un medio ágil, escalable y muy efectivo para lidiar con toda la información que su día a día requiere. ¿Por qué privarse de estas ventajas?

 

Créditos fotográficos: istock OGGM

 

Las desventajas del cuadro de mando sin una gobernanza adecuada

Ésa es, sin duda, la pregunta que se han hecho en muchas organizaciones, que han adoptado el cuadro de mando con el objetivo de:

  • Preparar los datos para que sean más fáciles de comprender.

  • Mejorar la presentación de la información y su accesibilidad.

  • Aumentar el dinamismo de sus operaciones.

  • Ganar en visibilidad para mejorar la toma de decisiones.

El cuadro de mando, como herramienta de inteligencia de negocio, está proliferando. Lleva haciéndolo aproximadamente un lustro (aunque, como tal, existía ya desde antes). En los últimos cinco años, el bombardeo de los proveedores de cuadro de mando ha desencadenado la crisis de los dashboards.

Y es que, en la mayoría de las organizaciones hay, al menos, un modelo de cuadro de mando. Esto no sería ningún problema, pero las dificultades aparecen cuando:

  • Existen diferentes cuadros de mando.

  • Los distintos departamentos disponen de su propio dashboard.

  • Hay, incluso, empleados que deben desarrollar sus funciones apoyándose en varios cuadros de mando diferentes.

  • Para terminar de complicar la situación, en muchos negocios se combina el cuadro de mando, con el balanced scorecard, ya que sus funcionalidades y objetivos son distintos.

El problema es que tratar con múltiples cuadros de mando derrota la ventaja.

  • La Alta Dirección puede verse desbordada por datos.

  • El trabajo de IT podría perder efectividad.

  • Los usuarios pueden sentirse abrumados por la cantidad de información disponible.

Cuando se llega a este punto hay que detenerse y plantearse cuál es la información que reamente se necesita para alcanzar los objetivos estratégicos y tomar buenas decisiones, bien fundamentadas.

En teoría, el cuadro de mando tiene el propósito de superar las versiones contradictorias de la realidad, algo bastante habitual cuando se trabajaba con hojas de cálculo, propensas a errores, duplicidades y falta de completitud. Entre sus beneficios también se encuentra el de facilitar la actualización, frente a otros métodos, más difíciles de controlar y no siempre susceptibles de mantenerse al día. Pero demasiados dashboards e indicadores clave de rendimiento alejan al usuario de la claridad que necesita para mejorar sus niveles de rendimiento y, además, pueden actuar como lastre, impidiendo a la Alta Gerencia centrarse en el futuro, al estancarla en el análisis del pasado, debido a la profusión de datos.

Hay que tener en cuenta que la tecnología se debe poner al servicio del usuario, pero con sentido común y siempre que exista una gobernanza adecuada. La tecnología puede entregar la información, pero los líderes son a quienes corresponde tener una idea clara de los datos que necesitan y la estrategia que se debe seguir.

 

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