Cualquier proyecto de Business Intelligence tiene, entre sus objetivos principales, apoyar la toma de decisiones en los distintos niveles de una organización aportando el conocimiento necesario para ello. Un conocimiento que, como sabemos, se obtiene de la información aportada por el análisis de datos estructurados con los que cuenta la compañía, recopilados durante el desarrollo de sus distintas actividades y procesos.
Siendo, pues, el apoyo a la toma de decisiones uno de los valores primordiales que aportan los proyectos BI al ámbito corporativo, cabe preguntarse de qué modo operan a través de las distintas herramientas que los componen, y cómo estas herramientas sirven al propósito para el que han sido diseñadas.
Resulta ciertamente evidente que un factor clave para una toma de decisiones acertada es poseer una visión integral del negocio. De nada sirve diseñar e implementar, en una corporación, un proyecto de Business Intelligence, integrar herramientas de lo más variado para monitorizar y gestionar procesos y desempeños de la actividad propia del negocio, si no contamos con un marco de referencia general lo suficientemente claro y definido.
Este marco de referencia nos lo proporciona, sin duda, la estrategia corporativa a la que deberían remitirse en última instancia todas y cada una de las decisiones tomadas en el sí de la organización, algo imposible de conseguir si los directivos responsables de la misma no tienen acceso a una visión lo suficientemente integral del negocio en su conjunto.
No debemos pensar en esta visión integral como si se tratase de un revestimiento, de una capa o paraguas bajo el que se cobijan los procesos internos de una organización, sino más bien como una máquina completa y funcional que reviste un complejo sistema de engranajes con funciones propias y características, interrelacionados entre sí pero también, en cierta medida, independientes los unos de los otros.
Claro está que un directivo no puede conocer al detalle todos y cada uno de los procesos que se desarrollan en su compañía, pero sí debe saber de ellos y armarse con las herramientas necesarias para, teniéndolos en cuenta, poseer una visión global e integral del negocio. Solo de este modo se puede elaborar una estrategia corporativa adecuada y realista, que sirva para alcanzar los objetivos fijados y que cumpla el papel de marco referencial al que apuntan y en el que se inscriben todas las herramientas y estrategias de Business Intelligence con las que se dote la organización.
Evidentemente, como ya hemos comentado en otras ocasiones, la herramienta BI que mejor cumple con este cometido, y que sirve de un modo más eficiente a directivos y gerentes para proporcionarles una visión integral del negocio es el Cuadro de Mando Integral, un elemento de vital importancia que reúne distintas perspectivas, internas y externas a la organización, para que la visión que ofrece de los procesos y desempeños de la actividad corporativa sea verdaderamente integral y permita tomar decisiones que mejoren la adecuación de estos procesos y desempeños con la estrategia marco definida. Para profundizar en el asunto, la guía gratuita 12 claves para la definición de un Cuadro de Mando Integral puede resultar de gran interés y utilidad.
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