Las aplicaciones de las herramientas Business Intelligence a ámbitos ajenos a la esfera de los negocios ya nos ha ocupado en anteriores ocasiones, y lo seguirá haciendo en el futuro, cada vez con mayor asiduidad, a medida que se constaten los beneficios que reportan para el análisis y la gestión de datos e información, para la visualización estática y dinámica de los mismos, el diseño de estrategias y el establecimiento de objetivos y, sobre todo, para la gestión y la supervisión del desempeño de operaciones, actividades y procesos de toda índole.
Organizaciones no gubernamentales, institutos de estadística, centros médicos y sanitarios, agencias de información, medios de comunicación y centros de investigación están acrecentando día a día las filas de los beneficiarios de las herramientas BI, entre los cuales las instituciones públicas y gubernamentales ocupan un lugar especialmente destacado.
Este hecho no es en absoluto casual: pocas instituciones manejan volúmenes de datos con las dimensiones y la variedad que acumulan las bases públicas de datos e información, y por supuesto es difícil hallar un ejemplo tan ilustrativo como el que estas nos ofrecen de la importancia que reviste disponer de herramientas que optimicen la toma de decisiones y reduzcan los riesgos asociados a ellas, en este caso con consecuencias directas sobre la ciudadanía en su conjunto.
No hace falta incidir de nuevo en el papel que, para ello, pueden desempeñar herramientas estratégicas de gestión como el cuadro de mando integral, aunque sí parece oportuno ver algunas de sus aplicaciones prácticas en el ámbito del sector público, especialmente el conformado por algunas de las instituciones que, desde el punto de vista estratégico, son pilares fundamentales en la gestión de la esfera pública.
La gestión tributaria, por ejemplo, representa un papel especialmente crítico para el mantenimiento y el desarrollo de los servicios públicos más fundamentales, por lo que disponer de información detallada sobre los contribuyentes proporcionada por un correcto análisis de datos estáticos y dinámicos de los mismos, actualizados en tiempo real, es vital para su correcto desempeño.
Instituciones educativas e institutos de salud pueden, gracias a la gestión de sus operaciones a través del CMI, ofrecer servicios personalizados a sus usuarios.
Las agencias para la investigación y el desarrollo pueden encontrar, en el cuadro de mando integral, el aliado perfecto para detectar necesidades y desarrollar soluciones óptimas, eficientes y efectivas.
Las instituciones proveedores de credenciales de identidad, probablemente aquellas que trabajan con bases de datos más amplias, variadas y sensibles, pueden agilizar y optimizar los procesos de registro, verificación y autenticación de la ciudadanía gracias a una correcta gestión de sus operaciones a través del cuadro de mando integral.
El cuadro de mando integral permite elaborar reportes personalizados y ajustados según las necesidades de cada momento, en base a datos estructurados en función de los requerimientos específicos de cada institución, manejando grandes volúmenes de datos que, traducidos en información, aportan un conocimiento detallado y en tiempo real del desempeño de los servicios ofrecidos, algo que cada día más supera la consideración de opción para instalarse en el ámbito de lo más estrictamente necesario.
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