Hace tiempo que en este mismo blog venimos anunciando una realidad cada día más próxima y contrastable en entornos cotidianos: la adopción de entornos y herramientas BI por parte de empresas de un amplio elenco de sectores. Efectivamente, la zona de confort a la que tradicionalmente se adscribía la inteligencia de negocios se ha ampliado enormemente en los últimos tiempos, rebasando sobradamente ese marco primigenio e inicial de las finanzas y los seguros que la vio nacer, y en la que aprendió a dar sus primeros pasos.
Hoy por hoy, empresas e instituciones de toda índole apuestan por los entornos Business Intelligence como respuesta a los retos que plantea la nueva configuración de los mercados: acercamiento business-consumer, ampliación de horizontes de venta, exigencias de atención personalizada, dispersión y diversificación de las cadenas de suministro... retos que, en resumidas cuentas, exigen hallar soluciones eficientes y efectivas que permitan:
Explotar un volumen y una variedad de datos en constante y exponencial crecimiento.
Convertir datos e informaciones relevantes en conocimiento rápido y objetivo.
Detectar y aprovechar las nuevas oportunidades de negocio.
Tomar decisiones acertadas sobre la marcha minimizando los riesgos.
Aumentar el grado de satisfacción del cliente.
Aventajar a la competencia.
No cabe duda de que, si bien podemos afirmar que estos objetivos, tan generales, podrían ser suscritos por la práctica totalidad de empresas y negocios, los sectores que más competencia soportan son los primeros en recurrir a la inteligencia de negocio para alcanzarlos con mayor celeridad y garantías de éxito. Y entre ellos destaca, sin duda, el sector turístico.
Decir que el sector turístico es un recién llegado al mundo del Business Intelligence sería, cuanto menos, una exageración: muchas compañías turísticas, especialmente las que operan en entornos online, hace tiempo que utilizan recursos BI para mantener actualizado su conocimiento del sector. Sin embargo, sí es relativamente reciente la adopción masiva de estos recursos por parte de operadores turísticos del calibre más variado.
Primero fueron las compañías aseguradoras especializadas en viajes; tras ellas, vinieron los operadores turísticos asociados a grandes marcas comerciales y, finalmente, han aterrizado en el universo BI agentes, empresas y negocios del sector del turismo en masa.
Los motivos de este auge en la apuesta por el BI son varios, pero destacan:
La necesidad constante de revisar y actualizar la oferta de productos y servicios en función de lo ofrecido por una competencia, directa e indirecta, cada día mayor.
El conocimiento del sector que exige el punto anterior, más el conocimiento de las necesidades del cliente necesario para ofrecerle productos y servicios a la altura de sus expectativas.
El volumen, la variedad y la velocidad con los que se acumulan y transmiten los datos y las informaciones, sobre todo en compañías con un nicho de mercado tan amplio y diversificado como las especializadas en turismo.
Los riesgos que entraña tomar decisiones precipitadas y sobre la marcha en sectores tan sensibles a los cambios y las fluctuaciones del mercado como el turístico.
Los puntos anteriores no agotan las razones que explican la apuesta masiva por los entornos BI en el sector del turismo, pero sí nos ayudan a entender el porqué de la actual situación. Una situación que de ningún modo parece ser pasajera y que, al igual como ha venido sucediendo en sectores como el de la salud, la educación o el deporte, también en el turismo la inteligencia de negocio ha llegado para quedarse.
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