Las nuevas tecnologías han transformado profundamente el paradigma empresarial. El nuevo ecosistema de negocios propiciado por el desarrollo de las TIC es tan radicalmente distinto a todo lo anterior que organizaciones de cualquier sector se han visto obligadas a adaptar sus esquemas operativos y organizacionales a los nuevos tiempos, ya no solo para poder aprovechar las nuevas oportunidades de negocio que se abren ante ellas sino, fundamentalmente, para no perder competitividad ni presencia en los mercados respectivos.
Estos cambios y transformaciones afectan a todos y cada uno de los departamentos y las áreas de las compañías, aunque de un modo muy especial a operaciones relacionadas con la gestión de cadenas de suministro cada vez más globales y determinadas por las necesidades impuestas por los nuevos tiempos, como las operaciones de logística inversa.
El concepto «logística inversa» no es nuevo en absoluto; sí lo es, en cambio, la importancia que ha adquirido en los últimos tiempos, fundamentalmente a causa de dos factores que la han situado en los primeros eslabones de la escala de prioridades corporativas:
El auge del e-commerce ha propiciado un impulso inaudito de las relaciones B2C (Business-to-Consumer), obligando a las organizaciones que ofrecen sus productos o prestan sus servicios a través de Internet y redes sociales a dotarse de una estrategia logística que contemple, de un modo muy especial, una adecuada gestión de devoluciones y retornos.
Una creciente conciencia medioambiental de los consumidores, que ha situado la responsabilidad social empresarial en el mapa de los elementos que entran en juego para ganar competitividad, y en la que las operaciones de logística inversa desempeñan un papel fundamental (reciclaje y reutilización de materiales, gestión de residuos...).
No cabe duda de que, actualmente, la logística inversa está a la orden del día y que los mismos motivos que la convierten en un concepto clave explican, a su vez, la enorme cantidad de retos y oportunidades que alberga para organizaciones de cualquier sector (especialmente las que operan a través de Internet y redes sociales, claro está). Entre estas ventajas cabe mencionar, por supuesto, el incremento del nivel de satisfacción del cliente-consumidor, la mejora de la imagen de la compañía y la toma de ventaja frente a la competencia que supone disponer de una adecuada estrategia de operaciones de logística inversa, aunque ello conlleve afrontar retos de difícil resolución. Entre ellos:
Ofrecer retornos y devoluciones a bajo precio o coste cero para el cliente-consumidor.
Reducir el tiempo en la prestación del servicio.
Prestar un servicio personalizado en función de las demandas y las necesidades concretas del cliente-consumidor.
Disminuir el impacto medioambiental de las operaciones logísticas.
Sin duda, el mejor modo de afrontar estos y los demás retos asociados a la gestión de operaciones de logística inversa es contar con herramientas avanzadas de análisis de datos y gestión de la información, que permitan conocer en todo momento y en tiempo real el estado de rutas, el precio de carburantes y el coste total del servicio, el consumo de los distintos medios de transporte y su impacto en el entorno, la disponibilidad del cliente, las necesidades de los consumidores... y todos aquellos factores que permitan tomar decisiones acertadas tanto en el diseño de la estrategia logística como en el momento de prestar el servicio.
Entre otras ventajas, las herramientas de analítica avanzada permiten realizar análisis predictivos que reduzcan el nivel de riesgo en la toma de decisiones, algo crucial en asuntos tan críticos para el devenir corporativo como la logística inversa. Sobre ello, la guía Cuadro de Mando de analítica avanzada ofrece abundante información, permitiendo descubrir de un modo rápido y sencillo hasta qué punto las últimas soluciones en BI permiten reducir enormemente los márgenes de error en operaciones en las que tiempo, costes e impacto están tan directa e íntimamente vinculados con el éxito o el fracaso de las mismas.
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