Al hablar de visualización creativa muchos se imaginarán, y no sin motivos, que nos estamos refiriendo a uno de los términos más de moda empleados en contextos de autoayuda o self-help, amparados normalmente al abrigo de lo que se conoce como tendencias new age —muy a menudo a las antípodas (al menos aparentemente) de las consideraciones pragmatistas que caracterizan el ámbito de los negocios.
En resumidas cuentas, lo que el concepto de visualización creativa viene a referir en contextos como estos es que, haciendo un esfuerzo de imaginación y visualizando firmemente determinadas intenciones, anhelos y deseos, estos se hacen realidad. Lógicamente, en este sentido, el concepto se ve desbordado por sus connotaciones místicas, de las que por supuesto no nos ocuparemos aquí. Sin embargo, sí es interesante lo que en ciertos aspectos enuncia la expresión, es decir, la visualización como arma con un enorme poder para determinar el futuro en un sentido u otro y, por ende —esto sí, relacionado con lo que a nosotros nos concierne—, en el firme apoyo que representa la visualización creativa para la toma de decisiones (que son las que forjan el verdadero destino de las organizaciones).
Si alguien, en algún momento, creyó que la imaginación quedaba excluida del selecto club de las capacidades motrices de los negocios, la historia se ha encargado de demostrar, sobradamente y en numerosas ocasiones, el craso e inmenso error en el que incurrió. Muy lejos de eso, la imaginación ha ejercido, juega y desempeñará un papel fundamental en el desarrollo de nuevas formas, modelos y oportunidades de negocio.
Claro que afirmar el papel crucial de la imaginación en los negocios, es decir, mantener firme el convencimiento de que todo lo imaginable es realizable es una cosa, y otra muy distinta es creer que todo lo que imaginamos, por algún tipo de arte de magia o fuerza oculta, se realizará tarde o temprano. No; sabemos perfectamente que, además de imaginación, en los negocios (como en la vida) se requiere empeño y constancia, afrontar retos (y resolverlos), detectar nuevas posibilidades y caminos, tomar decisiones (alguna de ellas ciertamente difíciles), asumir riesgos... todo ello bastante alejado, como vemos, de cualquier atisbo de idealismo.
Con todo, la imaginación sigue siendo la innegable constante que hallamos en la fórmula de cualquier actividad exitosa, también (sobre todo) en los negocios y la empresa. A todas las escalas imaginables. Es decir, a un nivel macro se requiere imaginación para hallar nuevas soluciones a las necesidades humanas, soluciones que puedan constituir, a su vez, claras oportunidades de negocio; y a un nivel micro, la imaginación es clave para ofrecer respuestas innovadoras a las necesidades diarias y concretas surgidas en el seo de la actividad empresarial. En definitiva, la imaginación es el telón de fondo de la evolución tecnológica y, por inclusión, del desarrollo de soluciones Business Intelligence.
Ampliando un poco más la lupa, centrándonos en procesos y actividades del día a día, también la imaginación desempeña un rol crucial a todos los niveles corporativos. Por ejemplo, pensemos por un momento en la actividad diaria y cotidiana de un agente comercial. ¿Quién puede negar el papel que desempeña la imaginación a la hora de hallar soluciones personalizadas para el cliente, sin contravenir la estrategia corporativa y sin comprometer las posibilidades reales de la compañía? Claro que a la imaginación, en estos casos, le brindan un fiel servicio y un inmenso apoyo (imprescindible para mantener los pies en el suelo) otras facultades humanas, como la capacidad de análisis y el racionamiento lógico, las cuales hallan a sus pares tecnológicos correspondientes en las herramientas propias de la inteligencia de negocios, con capacidades homólogas: procesos data mining, métricas, reportings...
Más o menos lo mismo, salvando las distancias, se podría decir de la actividad directiva y de gerencia. En ambos casos, sin embargo, además de contar con estas imprescindibles herramientas de apoyo, la imaginación seguirá ocupando un lugar central. Tanto en el caso del agente comercial como en el del directivo, toda la ayuda prestada por los datos y las informaciones de las que se dispone no sustituirá la necesaria e inevitable toma de decisiones, por lo que imaginar las consecuencias, los posibles escenarios derivados de la toma de una u otra decisión deviene un asunto especialmente crítico. Claro está que instrumentos como el Cuadro de Mando Integral y su potencia a la hora de diseñar escenarios what-if puede resultar de gran ayuda, pero en ningún caso esta ayuda sustituirá a la imaginación y la creatividad que entran en juego en cualquier momento decisivo.
Para ser más claros y concretos: podemos contar con potentes herramientas de análisis y gestión de datos, con instrumentos de visualización que nos faciliten enormemente la tarea y nos proporcionen un conocimiento indispensable para facilitar la toma de decisiones, incluso ad hoc. Pero, ¿qué parámetros empleamos para obtener esta información? ¿Qué datos e informaciones elegimos para ser expuestas, confiando en que se trata de las más relevantes en cada situación?
La visualización creativa en el ámbito empresarial consiste precisamente en esto: emplear la imaginación para hallar soluciones creativas, también en lo que a visualización de datos se refiere, para detectar nuevas oportunidades de negocio que, sin emplearlas, quedarían para siempre sepultadas bajo el peso de los quehaceres rutinarios y los hábitos anquilosados.
La visualización de datos, pues, no es una solución sin alma, fría y mecanizada, sino todo lo contrario: los datos son una materia prima que cabe trabajar, moldear, emplear a conveniencia (de ahí que el autoservicio en la visualización de datos salga a colación) y con imaginación, con creatividad, para sacar el máximo partido a las nuevas oportunidades de negocio. Una solución con un poder y un alcance muy superiores a los que muchos accederían en concederle a primera vista; un recurso inestimable que, como todas las herramientas complejas, debemos aprender a manejar. Para ello, y cerrando así nuestra pequeña cita entorno a la visualización creativa, aconsejamos encarecidamente la lectura de la guía Visualización de datos: el poder de lo visual en la presentación de tus reportes, un recurso completamente gratuito que ayudará a profundizar en la materia.
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