Ya nadie duda que estamos construyendo la última fase del edificio digital, tras décadas de evolución de las tecnologías (desde la informática in situ, las contracciones del coste y tamaño impulsadas por los microordenadores, la invasión del PC y la revolución de las redes de los años 80 y 90, el impacto de Internet, a finales de los 90, y la virtualización del servidor x86 en los 2000, junto a la consolidación del código abierto).
Y esta última etapa, también llamada transformación digital, ha sido calificada por IDC como “algo más que una nueva arquitectura o aplicación. Se trata de una remodelación fundamental de las aplicaciones en términos de cómo se escriben, empaquetan y gestionan y de cómo es su ciclo de vida”.
Son las también llamadas aplicaciones de última generación (next-generation applications, NGA) y que son la base, aunque no sustituyan necesariamente a las aplicaciones existentes (2ª Plataforma), de este nuevo tiempo. De hecho, los analistas las consideran la base fundamental sobre las que se asientan los cuatro pilares de esta nueva Era digital; medios sociales, Big Data y análisis, movilidad y computación en la nube.
Para desarrollar y desplegar estas nuevas aplicaciones, los departamentos de IT de las empresas, y los ISV, están buscando nuevas técnicas de desarrollo de aplicaciones, empaquetado y despliegue que destaquen por tres atributos, su independencia de la plataforma, su orientación hacia microservicios y un modelo basado en DevOps (es decir, que los desarrolladores, en muchos casos, también realizan los despliegues).
En este planteamiento el código abierto es la primera opción como sistema operativo de referencia en infraestructuras NGA, en desarrollos de Internet de las Cosas, o como base preferida para realizar la analítica y el Big Data que el mercado reclama. Todos temas de plena actualidad en las empresas
Por esa razón, IBM presentó en 2015 LinuxONE, una audaz iniciativa centrada en ofrecer una plataforma “solo Linux” que podría cubrir los requisitos descritos. Su familia LinuxONE está integrada por una solución a pequeña escala y otra de gran alcance.
El menor de los dos servidores lleva el nombre de «Rockhopper» (en alusión a una raza de pingüinos pequeños) y está disponible en una configuración que comienza con dos núcleos LinuxONE. Rockhopper constituye un punto de entrada atractivo con el potencial de un escalado ascendente en el mismo armazón.
Por su parte, el sistema de mayores dimensiones, llamado «Emperor» (raza de pingüinos grandes) se vende con solo seis núcleos LinuxONE. Aunque Rockhopper y Emperor proporcionan a los clientes unos puntos de partida muy diferentes, ambos permiten ampliar según crecen sus necesidades en el tiempo.
Con LinuxONE, IBM ha empaquetado un sistema de la forma en que el mercado desea adquirir y consumir esta tecnología: eliminando barreras de patente, soportando un amplio conjunto de herramientas de código abierto y ofreciendo opciones de precio atractivas que despertarán el interés general. En el contexto de la creación y despliegue de NGA, LinuxONE constituye una solución tecnológicamente completa.