Más del 84% de las empresas está desplegando una estrategia multinube, según los datos más recientes de los principales analistas. Pero, aunque este planteamiento comienza a ser un estándar del mercado, muchos se preguntan en qué entorno es más adecuado localizar los diferentes elementos de una aplicación y, más importante, cómo evitar que la excesiva fragmentación aumente la complejidad de las organizaciones.
Mantener la coherencia, tanto de entornos locales con en la nube, depende directamente del sistema que se utilice para entregar estas aplicaciones. Algo que además debe estar basado en un único código base. Gracias a ello, se logra una visibilidad holística de los entornos multinube en una única consola y, además, permite ofrecer una seguridad sólida en todos ellos.
Aunque la tendencia multicloud es evidente, lo cierto es que menos del 10% de las compañías que la afronta aprovecha todo su potencial, por la dificultad de este tipo de arquitecturas. Mantener esa base de código única garantiza la coherencia operativa entre las aplicaciones monolíticas y las basadas en microservicios en varias nubes. La gran beneficiada es la flexibilidad que supone, en este caso, disponer de la infraestructura de entrega de aplicaciones que mejor se adapte al negocio y estrategia multinube de cada compañía.
Esta visión completa de la arquitectura evita que exista una fragmentación indeseable, que dé lugar a la existencia de silos o compartimentos estancos y que perjudique la resolución de problemas cuando se produzcan.
Además, permite establecer unas políticas de seguridad en múltiples nubes que evite peligros, especialmente para las aplicaciones basadas en microservicios, que presentan una mayor superficie de ataque por pura lógica.
Esto explica que haya un 62% de empresas que no confía demasiado en la seguridad de sus aplicaciones. Y, ante eso, la respuesta tiene que basarse otra vez en disponer de una visión global de todas las aplicaciones, tanto las monolíticas como las basadas en microservicios, y en ser capaz de implementar una protección global de todas las capas de la aplicación.
En este punto, también es bueno recordar que resulta fundamental disponer de un sistema de entrega de aplicaciones eficaz en un ambiente tan dinámico como Internet, que está basado en innumerables servidores y redes de intercambio de contenidos.
La visibilidad global de los recursos en la nube puede marcar la diferencia entre un entorno controlado y seguro y otro en el que la fragmentación de aplicaciones no ofrezca a los usuarios las condiciones mínimas de eficacia y seguridad.
Con aplicaciones que residen tanto en el centro de datos en local como en la nube, y con los usuarios accediendo a ellos por cualquier dispositivo, tener una visión global, con seguridad y resolución de problemas en tiempo real es un aspecto fundamental para disponer de un entorno multicloud, híbrido, sólido y seguro.