La enorme demanda de tecnologías Cloud no implica menores costes, sino mayores eficiencias operativas y nuevas posibilidades de negocio para las compañías. Aunque es cierto que al reducir la dependencia del hardware y software en propiedad puede acarrear ahorros medios en máquinas virtuales en torno al 20-30%, también lo es, que precisa una importante modificación y adaptación de sistemas y software y que exige conocimientos y formación en nuevas tecnologías.
No obstante, la gran aportación del Cloud para los negocios es que reduce el tiempo de comercialización y lanzamiento de nuevos productos y servicios, que se ven favorecidos por nuevas inversiones detraídas de gastos de administración de plataformas tradicionales, mucho más rígidas y costosas de mantener.
Los equipos de desarrollo, además, se ven liberados de tareas pesadas y repetitivas que aportan escaso valor, por lo que pueden dedicar su tiempo a la creación rápida de nuevo software y soluciones más cercanas al negocio, lo que redunda en mejores resultados y aceptación por parte de los clientes.
Cuando todos los recursos TI de una compañía se alojan on-premises, la mayor parte del tiempo los servidores funcionan a menos de un 20% de su capacidad, mientras que el Cloud aprovecha y demanda los recursos necesarios en cada caso, extrayendo de ellos su máximo potencial.
El Cloud, incluso, permite acceder a modalidades de pago por uso que entrañan una gran ventaja operativa y económica a la vez, ya que no es necesario seguir aumentando los silos de tecnología internos cuando crece el negocio, ni resultan innecesarios cuando llega una época de recesión o bajos ingresos.
Al contrario, esta modalidad de consumo tecnológico es adaptativa y evolutiva, se ajusta a las necesidades de cada momento y permite escalar o desescalar ágilmente, en función de las dinámicas del mercado. Pero también garantiza una modernización constante de los recursos, en el momento que lo demandan los clientes, algo especialmente valioso cuando hablamos de desarrollo y mejora de las aplicaciones y los servicios.
El Cloud proporciona una plataforma perfecta para este desarrollo moderno, una modalidad de consumo de recursos ajustada al ritmo de cambio actual, que permite a los equipos de desarrollo acelerar su actividad hasta en un 33% y ofrecer las mejores prestaciones a los negocios.
Por tanto, un entorno Cloud, híbrido coherente y bien planificado, puede generar un efecto multiplicador inmediato en la capacidad de los departamentos de TI, que podrán invertir en proyectos estratégicos y aprovechar su mayor escalabilidad para impulsar el avance de su negocio con las herramientas y recursos necesarios en cada momento.
En definitiva, reducir los costes relacionados con los gastos generales de TI y los gastos de capital, o convertir los costes de capital en costes operativos, de CAPEX a OPEX.
