Los ecosistemas de TI se complican cada vez más, por su heterogeneidad, hasta el punto que las empresas deben integrar y orquestar la gestión de múltiples sistemas, antiguos y nuevos, en especial, todo lo que tiene que ver con la nube, los dispositivos móviles, Big Data y redes sociales, que intervienen en muchas operaciones comerciales y tienen implicaciones para la privacidad y protección de la información.
La irrupción de la Inteligencia Artificial e Internet de las cosas, que analistas como IDC esperan para el futuro inmediato, es otro elemento que añade complejidad al ecosistema TI, y en especial la provisión, monitorización, gestión y seguridad de los sistemas de base. Se impone una visión holística de la gestión de los activos que incluya una comprensión de cómo se vinculan éstos a la empresa, para que el responsable de TI pueda priorizar y optimizar la infraestructura de forma dinámica y coordinar las aplicaciones con los servicios críticos para el negocio.
Esta desconexión de la administración de TI no solo acelera el riesgo de seguridad e inversión, sino que también aumenta los costes y disminuye el valor de la tecnología necesaria para lograr los resultados comerciales deseados.
Para garantizar la optimización y la seguridad de los sistemas y servicios que sustentan los procesos comerciales esenciales, así como para abarcar efectivamente DevOps, el análisis de Big Data e iniciativas de nube híbrida, las organizaciones de TI deben ampliar sus prácticas de administración de infraestructura más allá de las hojas de cálculo de inventario estático y los procesos manuales.
Además, con el uso generalizado de marcos de administración como ITIL y la administración de servicios de TI combinados con el creciente impulso de la empresa hacia la transformación digital, los ejecutivos de TI necesitan la mayor visibilidad posible en el hardware y software que respalda los servicios y procesos empresariales de misión crítica.
Las tecnologías LSF (Platform Load Sharing Facility) constituyen una plataforma de gestión de cargas de trabajo y planificación de tareas en entornos de computación distribuida de alto rendimiento. Se puede utilizar para ejecutar trabajos por lotes en red en diferentes arquitecturas TI. Su origen fue resultado de la investigación “Utopía” llevada a cabo en la Universidad de Toronto y en 2007 se lanzó una versión simplificada de LSF, con licencia GNU. El proyecto se suspendió en 2011 y sus hallazgos fueron aprovechados por la iniciativa OpenLava, de la compañía Platform Computing, adquirida meses después por IBM.
El producto ahora se llama IBM Spectrum LSF y supone la alternativa más eficaz para la gestión de cargas de trabajo en entornos de alto rendimiento, a partir de una infraestructura definida por software (SDI, en siglas).