El software que gestiona los entornos virtuales no sólo sirve de interfaz del hardware físico que subyace tras ellos, si no que permite optimizar todos los recursos almacenados, analiza los datos y puede, incluso, mejorar la operativa del negocio. En general, un tipo de solución que suele ser compatible con todos los entornos, lo que permite a las empresas implementar la solución de gestión que mejor se adapte a sus necesidades.
La gestión de entornos virtuales resulta clave cuando existe un amplio ecosistema heterogéneo, disperso y además se requiere un acceso dinámico a los datos relevantes para el negocio. La primera decisión a abordar tiene que ver con el aprovisionamiento de máquinas virtuales, que implica un proceso de solicitudes de recursos, creación de plantillas y configuración según las especificaciones del solicitante. La segunda se ciñe a las medidas de seguridad y control necesarias. Y la tercera a su gobierno.
Por otro lado, la operativa del entorno virtual comprende abordar todo el ciclo de vida de la gestión de la capacidad, que debe tener en cuenta las previsiones de futuros requisitos con base a la demanda actual, la elaboración de la planificación de la capacidad, la monitorización del rendimiento y las actividades de optimización, entre otras actividades.
A pesar de su aparente complejidad, lo cierto es que los entornos virtuales tradicionales son bastante sencillos, con aplicaciones de virtualización intuitivas, unos dashboard orientados a la toma de decisiones y una arquitectura hardware sobradamente conocida. Pero incluso estos nuevos entornos pueden volverse inmanejables si existen demasiadas instancias o una baja madurez de procesos de gestión.
La aplicación generalizada de la virtualización ha permitido reducir la dependencia de un solo proveedor y ha constituido la base de la informática en la nube. Hoy resulta tan extendida en la empresa que es necesario contar con software de gestión de entornos virtuales que extreme el valor de los recursos tecnológicos, a la vez que garantiza el acceso ubicuo a todo tipo de instancias y datos corporativos, según las políticas de cada organización.
Sus resultados, en cuanto a aliviar los costes masivos del hardware, unificar la seguridad de todas las instancias virtuales, limitar el tiempo requerido para realizar despliegues y actualizaciones y, en especial, su forma de optimizar espacio para realizar tareas de mayor valor, son incuestionables.
En la actualidad, la virtualización se enfrenta a nuevos retos y uno de ellos es la necesidad de buscar nuevas fórmulas que permitan proteger y gestionar los datos de una forma más eficiente. La fórmula hasta el momento ha sido similar en el mundo físico y en el virtual, es decir, dedicar infraestructura orientada a este fin que solo es utilizada en caso de ser necesitada. Pero, inmersos en la era de la optimización, nuevos modelos comienzan a imponerse en el mercado y, de entre ellos, el que aporta IBM Spectrum Protect Plus es uno de los más disruptivos.