Una máquina inteligente es un tipo de dispositivo que integra tanto tecnología máquina a máquina (M2M) como computación cognitiva, de inteligencia artificial, o aprendizaje automático, por ejemplo. Esto le permite resolver problemas, o incluso tomar decisiones que se traducen en medidas concretas. Es decir, lo más cercano a la capacidad de razonamiento humano, con claras implicaciones para los negocios y la sociedad en general.
En esta categoría podemos incluir tanto robots como automóviles autónomos o sistemas de computación cognitiva, diseñados para realizar tareas sin intervención humana; activos diferentes en su forma y funcionalidad, pero que pueden considerarse elementos disruptores, porque suponen una ruptura con todo lo anterior.
En el mundo de los negocios, tienen el potencial de elevar la ventaja competitiva de las compañías, sus márgenes y beneficios, introduciendo procesos de producción más eficientes, incluso sustituyendo medios y recursos humanos o transformando radicalmente la naturaleza del propio trabajo.
Disrupción, frente a evolución, aunque algunos siguen viendo referencias anteriores en otras etapas tecnológicas y buscan sus raíces en los orígenes de la mecanización o la primera Revolución Industrial, lo cierto es que la irrupción de Internet, la nube y los sensores IoT, por ejemplo, pueden considerarse elementos que cambian muchos de los paradigmas tecnológicos del pasado, para proponer algo radicalmente nuevo.
Con los sistemas de inteligencia de negocios (BI) y análisis avanzados, se abrió el camino a la ejecución de algoritmos para interpretar y actuar sobre los datos, identificando patrones que podían ayudar a predecir eventos corporativos futuros. Esta capacidad analítica, a su vez, condujo al aprendizaje automático y profundo, donde las computadoras mismas aprendían de conjuntos de datos adicionales. Más concretamente, utilizan sus nuevos conocimientos para adaptar y ajustar su rendimiento.
Aquí es donde se encuentra buena parte de la clave para la irrupción de las máquinas inteligentes, en esos algoritmos que se desarrollan para que los sistemas “autoaprendan”, mejoren con el tiempo y la experiencia, incluso hasta el punto de poder conformar redes neuronales, sistemas de reconocimiento de voz o procesado de lenguaje natural.
Uno de los primeros ejemplos visibles de máquinas inteligentes fue Deep Blue, una computadora para jugar ajedrez desarrollada por IBM, que ganó popularidad cuando derrotó al campeón mundial de ajedrez, Garry Kasparov, en 1996. Watson, otro invento de IBM, también llamó la atención por su destreza en el juego, después de ganar el programa de televisión Jeopardy, en 2011, y hoy se aplica a la analítica de datos, en especial en el campo de la salud, donde ayuda a descubrir nuevos fármacos, mejorar la selección de tratamientos o en programas asistenciales.
El futuro del mercado
Gartner predice que las máquinas inteligentes comenzarán a ser adoptadas masivamente en 2021 y que seguirá siendo la tecnología más disruptiva de la nueva década, a punto de comenzar. Investigadores y líderes tecnológicos también coinciden en que cambiarán profundamente la forma en que se realiza el trabajo y cómo se crea valor. Y, en el mercado laboral, los analistas prevén que, dentro de veinte años, 4 de cada 10 empleos se verán afectados por la robotización y la automatización de ciertas tareas
Sin embargo, no hay acuerdo sobre cómo afectarán a nuestras vidas, trabajos y formas de relación actuales. Algunos coinciden con el físico teórico Stephen Hawking, que en su momento aseguró que encarnaban una gran amenaza para la humanidad. Si bien no expresan el mismo potencial de fatalidad, otros también se preocupan por lo que implicarán, en cuanto a sustituir ciertos empleos en la industria, el gobierno y la sociedad.
En todo caso, parece claro que las máquinas inteligentes son disruptores digitales, con efectos potenciales muy positivos para la sociedad y las empresas, y que sus ventajas competitivas son cada vez más obvias y determinantes para el mundo de los negocios, en muchos sectores de actividad, y para el avance de la ciencia y la medicina modernas.