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Cómo diseñar un plan estratégico integral, flexible y dinámico

Publicado el 22/10/14 8:00

Antes de proceder a desentrañar las claves para el diseño de un buen plan estratégico, lo más lógico y conveniente es que veamos algunas de las características que todo plan de esta naturaleza debe cumplir.

Es habitual que, ante la ingente avalancha de términos y conceptos que se manejan en el ámbito del las tecnologías aplicadas a la inteligencia empresarial, un usuario poco avezado se sienta confundido y ande por un tiempo perdido en el laberinto que conforman. Por eso, en primer lugar, dejemos claro de qué estamos hablando: un plan estratégico es, como su mismo nombre deja entrever, una planificación (diseño, descripción y ejecución) de las actuaciones que se llevarán a cabo para obtener unos objetivos previamente establecidos. Claro está que, en función de su ámbito de consideración y aplicación, cada plan estratégico tendrá una naturaleza más o menos general, más o menos corporativa o departamental. Por ejemplo, si atendemos a los planes estratégicos corporativos, es decir, aquellos que incumben al conjunto de la compañía o la organización en su totalidad, afectando a todos los procesos y las actividades que tienen lugar en ella, los objetivos a los que se remitirá y que tratará de alcanzar serán, obviamente, también objetivos generales, es decir, aquellos objetivos máximos y superiores que persigue la organización.

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Pero además de considerar los objetivos, un plan estratégico debe poseer también un contenido específico, disponer un conjunto determinado de actuaciones y prever el modo en que se llevarán a cabo para conseguir eficaz y eficientemente las metas propuestas. Y es en este punto cuando empezamos a adentrarnos en el auténtico meollo de la cuestión: las características que debe poseer el contenido de cualquier plan estratégico que se precie.

 

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Flexibilidad y dinamismo, características inequívocas de un plan estratégico eficiente

El proceso de elaboración de un plan estratégico debe ser escrupuloso y minucioso, sobre todo en la fase previa a su diseño, consistente en el estudio y el análisis de las necesidades reales de la compañía, de su entorno y de las especificidades asociadas a los objetivos generales que persigue. Tras este necesario análisis llega el proceso de elaboración, el cual muy probablemente sea el que reviste una mayor complejidad y el que determinará, de un modo inequívoco, la eficiencia de la estrategia diseñada.

Es en el momento de diseñar y elaborar el plan estratégico cuando se deben tener en cuenta las particularidades de los distintos procesos que se llevarán a cabo, las especificidades de los departamentos y las secciones de la corporación para que su evolución y rendimientos futuros transiten parejos al desarrollo de la estrategia global. Solo de este modo podremos diseñar un plan de acción estratégica integral, dejando las puertas abiertas al flujo de información interdepartamental de modo que, si en el futuro fuese conveniente, se puedan realizar los ajustes necesarios con la suficiente flexibilidad y dinamismo. Y lo mismo sucede con las estrategias menores, sectoriales o departamentales que se definen a partir de la estrategia marco adoptada: estrategias de fidelización de clientes, estrategias de movilidad, etc., que sin duda deben responder, en última instancia, ante el plan estratégico general. 

Un plan estratégico integral, dinámico y flexible, pues, solo podrá ser llevado a la práctica con la eficiencia necesaria si, tras su diseño, se comunica adecuadamente y se da a conocer a todos los miembros de la organización a través de sus distintas ramificaciones, llegando a todos sus nódulos y distribuyéndose eficazmente entre cada uno de sus departamentos hasta el último de los miembros que los conforman. El compromiso de todos los miembros y secciones de la compañía con la estrategia corporativa es un requisito indispensable para su correcta implantación, ejecución y proyección futura. Es en esto precisamente donde reside la importancia del Cuadro de Mando, que a parte de monitorizar los desempeños de las actividades y los procesos en los cuales se desarrollan las distintas estrategias corporativas, facilita la comunicación y permite la distribución de información estratégicamente relevante, en tiempo real, entre todos los departamentos y miembros de la organización. Para conocer a fondo qué es un Cuadro de Mando Integral, un recurso formidable y sin coste alguno es la guía descargable en pdf 12 claves para la definición de un Cuadro de Mando Integral, disponible en nuestra sección de recursos gratuitos.

 

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