Lo decíamos hace unos meses, en referencia al crecimiento de las inversiones corporativas en los departamentos TI experimentado en el período 2010-2014, que se situaba, en términos globales, en prácticamente un 45%: cada vez más organizaciones saben que su futuro, sus posibilidades de crecimiento y las oportunidades de negocio que se les ofrecen a tenor de la espectacular evolución de las TIC pasa, indefectiblemente, por aumentar sus presupuestos destinados a los departamentos y las áreas tecnológicas.
Cuando hablamos de áreas y departamentos TI, y de la inversión que las organizaciones hacen en ellos no debemos pensar únicamente en la adopción de equipos y sistemas, software y programario meramente para gestionar y monitorizar aisladamente procesos concretos; es importante tener en cuenta, a la hora de evaluar, de calibrar debidamente el crecimiento de esta apuesta, que:
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La inversión en infraestructuras, equipos y programario cada vez afecta más integralmente al conjunto de las organizaciones, por lo que las inversiones son mayores.
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Un porcentaje importante del crecimiento de las inversiones en tecnologías de la información (TI) por parte de las empresas está destinado a adaptar sus distintos sistemas de gestión departamental a entornos Business Intelligence, dotándose de un único sistema integral de análisis, planificación, gestión y monitorización del desempeño de operaciones, procesos y actividades corporativas.
Dicho esto, pasemos a analizar lo que se desprende de los datos más recientes con los que contamos en referencia al aumento de la inversión empresarial en TI.
Nuevos datos sobre la inversión en tecnologías de la información
Este mes de abril, en concreto el día 16, será presentado en Madrid el Barómetro CIO 2015, un estudio rubricado por las firmas IDG e CSC. A falta de pocos días para su presentación pública, hemos tenido acceso a algunos de los principales resultados del estudio, en concreto a los datos que confirmarían la tendencia de la que hablábamos en anteriores posts: las empresas siguen incrementando sus inversiones en TI, estimándose que en 2015 los presupuestos de las organizaciones destinados a tecnologías de la información crecerá cerca de un 65%.
Fijándonos con algo más de detalle en el desglose de esta previsión, vemos que los principales objetos de deseo de las organizaciones son las herramientas de análisis y gestión de datos (Big Data sigue alimentando las más altas expectativas de negocio), las plataformas BI basadas en el cloud (parece que el miedo a los riesgos que presentaban, hasta hace poco tiempo, los servicios basados en la nube desaparece a medida que mejora la eficiencia de los sistemas y controles de seguridad para el cloud), y finalmente las herramientas de movilidad (confirmando que la movilidad y la itinerancia de los miembros de las compañías es un asunto que adquiere peso e importancia a marchas forzadas).
Tras la presentación pública del estudio dispondremos de más datos e informaciones, las más destacadas de las cuales iremos revelando en este blog. De momento, sirva este breve post como avance de lo que depara el 2015 para los departamentos TI: más presupuesto, mayores atenciones y, consiguientemente, más responsabilidad.
Hasta que podamos acceder a más detalles del informe recordamos que, en nuestro apartado de publicaciones y estudios, se encuentran disponibles un buen número de recursos formativos (completamente gratuitos) sobre los 3 asuntos protagonistas y destacados en el aumento de la inversión empresarial en TI reseñados en el nuevo Barómetro CIO:
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Big Data: entre los distintos recursos formativos disponibles destacamos, por su carácter introductorio y completo, la guía Los 15 mitos de Big Data.
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Cloud: uno de los grandes retos que se afrontan a la hora de implementar nuevos sistemas de gestión están asociados con la migración de datos. Para conocer sus riesgos y aprender a evitarlos, proponemos la guía Claves para mitigar el riesgo en una migración de datos.
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Movilidad: la guía 10 claves para definir tu estrategia de Mobile Intelligence, un recurso ideal para reconocer, entre otras cuestiones de interés, los factores que determinan el éxito de una estrategia de movilidad corporativa.
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