Ahorrar costes y mejorar el servicio al cliente son dos de las metas de la logística internacional. En un entorno global, este tipo de compañías disponen de un elevado volumen de información; datos que, al mismo tiempo, son una ventaja y un grave inconveniente. De ellos se derivan importantes beneficios, como los que tienen que ver con impulsar la mejora continua, optimizar la capacidad de innovación o adquirir una visión única sobre el mercado; pero también un peligroso inconveniente, que es el que aparece cuando no se saben gestionar esos datos debidamente.
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Los objetivos principales de la logística internacional se orientan en cuatro direcciones:
1. Pedido: el cumplimiento de este objetivo implica que la transacción operada entre el proveedor y el cliente culmina con la satisfacción de este último garantizada, en términos de especificaciones de producto y cantidad acordada.
2. Entrega: por supuesto, cada pedido también debe ser entregado en el lugar correcto y en el momento adecuado. Lograrlo depende de la programación y sincronización necesaria de las actividades de transporte y distribución de mercancías.
3. Calidad: la mercancía debe ponerse a disposición del cliente en buenas condiciones, lo que implica que se debe evitar cualquier tipo de daño durante el transporte y la entrega. Este tipo de objetivos de la logística internacional son particularmente importantes en los casos de productos frágiles, perecederos o sensibles a las fluctuaciones de temperatura.
4. Costes: los costes finales, incluyendo los costes de fabricación y distribución, deben ser competitivos. De lo contrario, el cliente comenzaría a plantearse otras opciones por lo que iría en aumento la posibilidad de perderlo para la operación presente, pero también para las futuras.
Tomar el control sobre estos cuatro aspectos y todas las variables que juegan en el camino hacia su cumplimiento es una cuestión de información. El establecimiento de indicadores y la recogida de métricas juegan un papel crucial para la gestión y la toma de decisiones. Sin embargo, a la hora de la verdad, y especialmente en entornos de logística internacional, disponer de los datos no es suficiente.
Logística internacional: cuestión de agilidad
El internet de las cosas y las nuevas tecnologías facilitan el aumento de precisión en la toma de decisiones en el campo de la logística internacional. Sólo existe un problema, la cantidad de datos, su heterogeneidad y la variedad de sus fuentes es tal que resulta imposible gestionar tanta información empleando los modelos tradicionales.
El reporting necesita un soporte nuevo, más eficaz, más intuitivo y más ágil que facilite a la organización adaptar su toma de decisiones al dinamismo del entorno. La competitividad de los negocios de logística internacional tiene mucho que ver con su elección de dashboard.
Estas organizaciones operan sistemas complejos con cantidades masivas de datos que deben analizarse para mejorar la eficiencia. El día a día de sus operaciones implica la necesidad de revisar con frecuencia:
- La información de costo del combustible.
- El tiempo de inactividad de los vehículos.
- El coste de mantenimiento de la flota.
- El volumen de entrada de pedidos.
- El porcentaje de cumplimiento.
- El tiempo promedio de los envíos.
Con el foco en la eficiencia y la satisfacción del cliente, los responsables de gestión y ejecutivos de empresas y grupos de logística internacional quieren tener acceso a esta información de forma rápida y los cuadros de mando les proporcionan exactamente eso, permitiéndoles una visión global única, y a la vez todo el nivel de detalle necesario (drill-down); facilitándoles a velocidad de respuesta mediante la configuración de alertas personalizadas y minimizando el riesgo mediante la integración de sus dashboards con otros sistemas corporativos.
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