Aprovechar el valor de big data analytics es, pese a todo, una cuestión de gestión empresarial. Los datos son necesarios, la calidad es imprescindible y la tecnología el elemento que hace que sea posible cualquier iniciativa de grandes datos; sin embargo, el verdadero desafío está en la gestión.
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Los desafíos de la gestión empresarial: retos big data
El desafío más importante de todos los que big data plantea a la gestión empresarial es el que tiene que ver con la gestión del cambio. Precisamente de él se derivan otros retos cuya superación se traduce en beneficios para el negocio. Datos, cambio y valor van unidos en las siguientes áreas:
1. Liderazgo: para tener éxito en la era de los grandes es preciso establecer metas claras y hacerse las preguntas correctas. La gestión empresarial requiere de visión. A través de ella se pueden detectar oportunidades, se puede entender cómo evolucionan los mercados y sólo esta visión hace posible pensar creativamente e innovar. Los líderes son los responsables de garantizar que se parte de este escenario y de inspirar y animar a los quipos a mantenerlo y trabajar duro para alcanzar objetivos.
2. Toma de decisiones: la capacidad de decisión impulsada por big data difiere de la tradicional en su enfoque colaborativo y su flexibilidad. Esta perspectiva ágil requiere que los engranajes estén a punto para pasar a la acción en cualquier momento y siempre en condiciones de seguridad. En este contexto, la gestión empresarial debe saber combinar lo mejor de la técnica, con la experiencia y el expertise, para no perder dinamismo ni eficacia.
3. Tecnología: las herramientas big data han mejorado mucho en los últimos años, en prestaciones y también en precio. La gestión empresarial de éxito sabe escoger el software que mejores prestaciones le proporciona, cubriendo sus necesidades, y sin ir más allá. Esta forma de actuar implica que se entiende que en cualquier decisión hay que tener siempre en cuenta la curva de aprendizaje y que las nuevas tecnologías requieren un conjunto de habilidades nuevas, que deben integrarse en el marco de una estrategia tecnológica.
4. Gestión del talento: matemáticas, estadística, análisis de negocio... todo vale y nada es suficiente. Si bien no todas las organizaciones se pueden permitir a un equipo de científicos de datos de primera línea, al menos no fuera de Silicon Valley; lo que sí pueden y deben hacer es atraer a los profesionales mejor cualificados y retenerlos. Entre las competencias de una gestión empresarial responsable se halla la de mantener motivados a estos perfiles y lograr que sus niveles de satisfacción labora no decaigan. En cualquier caso, siempre conviene apoyarse en los servicios de alguna consultoría en modalidad outsourcing, para complementar la labor interna o guiar a los equipos en momentos en que el nivel de dificultad aumente.
5. Cultura empresarial: la cultura del dato se basa en objetividad pero prima la simplicidad. La cultura detrás de la gestión empresarial adaptada a big data elimina burocracias y formalismos, hace desparecer las interferencias en el reporting y se centra en la agilidad, la eficacia y la generación de valor. Desde el primero hasta el último, todos los integrantes de la organización han de compartir este punto de vista y aplicarlo a su trabajo diario, para mejorar su desempeño y el de todos y poder experimentar el verdadero poder de los datos. Al fin y al cabo, todos estarán de acuerdo en que las decisiones basadas en datos tienden a ser mejores decisiones.
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