En los últimos años, se ha hablado en muchas organizaciones acerca de la necesidad de disponer de un cuadro de mando. Esta herramienta basa su funcionamiento en un conjunto de indicadores que monitorizan el comportamiento del negocio, por lo que casi cualquier tipo de empresa podría incorporar uno a sus rutinas y sacarle partido.
Las razones que motivan una decisión de este tipo pueden ser muy diversas:
- Por necesidad.
- Porque “está de moda”.
- Para ganar conocimiento acerca de la realidad de la organización.
En los siguientes posts compartiremos nuestra visión sobre los cuadros de mando en general, haciendo hincapié en los trece factores claves para plantear la implantación de un cuadro de mando táctico. Para ello, proporcionaremos las premisas que permitirán identificar las causas que acarrean la necesidad de disponer de un cuadro de mando y consecuentemente los factores más importantes a tener en cuenta en la constitución e implementación del mismo.
“Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”
El cuadro de mando táctico o dashboard es el instrumento analítico de visualización de la información más importante de una organización. Entre sus objetivos está el contribuir a monitorizar los resultados con el fin de lograr el cumplimiento de objetivos, fomentar la acción y dar respuesta a cuestiones que permitan:
• Conocer: “¿Cómo vamos?” “¿Cómo iremos?”
• Entender: “¿Por qué?”
• Detallar y comunicar: “¿Cuáles?” “¿Cuántos?”
• Actuar!!!
El dashboard no está diseñado exclusivamente para altos cargos directivos de la organización, sino más bien tiene una orientación de dar apoyo a las necesidades informacionales de los departamentos, permitiendo la eficacia y la facilidad de entender y usar debidamente la información.
Es necesario tener en cuenta que es el cuadro de mando táctico el que se debe adaptar a la organización y a sus procesos de decisión y no al revés: las organizaciones no se tienen que adaptar a un producto.
También es interesante que sea utilizado por Directores Departamentales o Responsables de Área, con el fin de poder conocer, entender y detallar los resultados del rendimiento desde la perspectiva táctica u operativa a través de los KPIs propios de cada área y de las perspectivas de negocio que componen la organización.
Pero para ello, el cuadro de mando elegido tiene que atender a una serie de factores, sin los cuales sería imposible obtener de él el máximo provecho:
- Calidad de los datos.
- Integridad de los datos.
- Seguridad.
- Escalabilidad.
- Entorno colaborativo.
De ahí la importancia de la metodología y la experiencia que, junto con la tecnología, se consolidan como factores diferenciales, muy a tener en cuenta en el proceso de selección del cuadro de mando táctico, si lo que se busca es una solución sencilla de utilizar, efectiva y flexible que contribuya a optimizar el rendimiento y a minimizar el riesgo.
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