Tal y como se mencionaba en posts anteriores, procurar una representación intuitiva, encuadrada dentro de un método consensuado, es esencial para obtener el máximo provecho del cuadro de mando. Lograrlo contribuye a:
- Mantener la coherencia a todos los niveles de navegación.
- Simplificar el uso y agilizar las tareas de análisis e interpretación.
En base a nuestra metodología y experiencia, no es posible obtener una representación intuitiva en el dashboard sin una previa definición de estándares. Por eso, esta etapa es imprescindible para facilitar:
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La gestión del cambio: haciendo más sencillo el cambio de modos de uso en la cultura organizacional.
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La usabilidad: simplificando las tareas y la interacción con la información.
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El entendimiento de los usuarios: aportando claridad y transparencia, dentro de un marco de consistencia del dato.
Cómo aplicar la representación intuitiva y metódica del cuadro de mando en la práctica
Cada organización, de forma consensuada, puede definir el modelo que mejor se adapta a sus necesidades. Sin embargo, un ejemplo de la forma de llevarlo a la práctica que puede ilustrar fehacientemente la manera de lograr la máxima utilidad del cuadro de mando, consistiría en dividir la pantalla en tres o cuatro cuadrantes representativos que podrían definirse y distribuirse de la siguiente forma:
• Un cuadrante superior, que esté compuesto siempre por filtros de contexto (que apliquen a todo el cuadro de mando) de perspectivas de negocio comunes a todos los cuadrantes, por ejemplo, la perspectiva tiempo y los filtros de año y mes.
• A la derecha de la pantalla, un cuadrante de comparativas, que permita ver en todo momento las diferencias entre los datos reales y el presupuesto o en comparación con periodos anteriores.
• A la izquierda, dos cuadrantes:
- Uno superior: que sería un cuadrante de datos resumidos de interés.
- Uno inferior: que mostraría las evoluciones y tendencias de un KPI, seleccionado previamente en función del usuario y sus prioridades.
Lo más importante cuando se persigue el objetivo de aplicar una representación intuitiva y metódica en el cuadro de mando, es no perderse en detalles que pertenecen más al ámbito tecnológico, sino apostar realmente por cubrir las propias necesidades y hacer ese trabajo de inmersión que luego verá sus frutos en lo expuesto en pantalla.
En este sentido, lo principal es conocer la finalidad que se busca para, partiendo de ahí, trabajar las ideas que se plasmarán en el diseño definitivo del cuadro de mando. Para que éste sea una herramienta tan completa como puede llegar a ser hace falta que se tomen las decisiones correctas a la hora de distribuir la información que se va a visualizar, compartimentar su exposición y determinar las prioridades en función de las necesidades usuarias.
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