Una de las principales aportaciones de un cuadro de mando es la inmediatez, pero para lograrla es necesaria otra cualidad: que la herramienta sea visual, ya que sólo de esta forma es posible abarcar un determinado volumen de información con un máximo nivel de detalle, que enriquecerá la navegación y, por ende, las conclusiones de su interpretación y análisis.
Las bases de la representación visual en el cuadro de mando
Nuestra metodología propone definir y aplicar los objetos y elementos de representación gráfica más adecuados a:
- Los usuarios destinatarios. Hay usuarios con diferentes gustos y necesidades. Hay quien prefiere una matriz de valores y quienes prefieren la representación cromática. También es fácil encontrar usuarios que se familiarizan más fácilmente con gráficos o mapas. Como no todos somos iguales, siempre se debe tener en cuenta el perfil del usuario:
• Los gráficos han de ser auto-explicativos: por eso deben ir enfocados a usuarios que los puedan interpretar. En su diseño y configuración se partirá de la base de un conocimiento de negocio a partir del que se iniciará el proceso de análisis del dato.
• Los datos que se plasman en los reportes tienen que ser auto-informativos: de manera que no requieran excesiva interpretación y por tanto el conocimiento de negocio o la especialización también sean, en cierta medida, prescindibles, ya que el objetivo del autor del reporting al confeccionarlo era otro, en relación a su destinatario.
- Los KPIs que se quieren representar. En función de los cuales y manteniendo la coherencia se determinará la elección visual entre histogramas, gráficos de proporción (tarta, barras acumuladas), semáforos, velocímetros, etc..
- La tecnología de soporte. La herramienta debe garantizar el soporte a las necesidades gráficas de los usuarios. Además, debe ser descriptiva y auto-explicativa, por eso tiene que:
• Mostrar patrones y tendencias de los KPIs.
• Exponer resumen de resultados.
• Utilizar suficiente representación visual, a través de distintos tipos de gráficos, semáforos y mapas.
• Y, si es posible, incorporar animaciones que expliquen evoluciones.
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