El marco metodológico general planteado por Kaplan y Norton puede expresarse, a efectos prácticos, en lo que se denomina "El modelo de las cuatro fases" que sería como la guía que orienta a la hora de llevar a cabo la implantación de un cuadro de mando integral aplicada a un modelo real, como puede ser cualquier organización, independientemente de su sector, actividad o tamaño.
Esta secuencia de diseño e implantación ha sido adoptada por diversas empresas ya que:
- Asegura la comprensión de las bases conceptuales de la metodología por parte de los diferentes actores de su desarrollo.
- Garantiza la puesta en práctica de la herramienta en su contexto operacional asociado a la agenda ejecutiva de la organización o empresa que lo adopte.
En otras palabras, esta secuencia que proponemos, asegura que los temas y objetivos estratégicos de la organización se puedan capturar para simultáneamente ser traducidos a un sistema de medición o sistema de indicadores, que actuará sobre una variedad de situaciones estratégicas y operacionales a través de cuatro perspectivas: financiera, mercado/clientes, procesos internos e I+D. Esta particular configuración hace que esta metodología sea de uso universal ante la diversidad de organizaciones a la que es aplicable.
Kaplan y Norton y las 4 fases de implementación de un cuadro de mando integral
En los próximos capítulos explicaremos las 4 fases del modelo metodológico aplicado a la puesta en marcha de un cuadro de mando integral y que podrían resumirse en:
- Fase 1: tiene mucho que ver con la recogida de iniciativas estratégicas de la compañía y su posterior comprensión. Está íntimamente relacionada con la misión y la visión de la organización y permite entender la razón de ser y la proyección, el camino a seguir y la meta.
- Fase 2: se centra en el consenso con respecto a la estrategia a adoptar y hace hincapié en los objetivos y políticas estratégicas, así como en la mejora de las competencias a nivel organizacional.
- Fase 3: con ella llega el momento de comenzar la negociación de metas relacionándolas con sus correspondientes indicadores, para lo que se requiere un trabajo de búsqueda que detecte tanto los factores críticos de éxito, como las iniciativas y otros factores capaces de crear valor.
- Fase 4: consiste en dar los primeros pasos apoyándose en la comunicación para garantizar que se cubren las necesidades a nivel formativo e informativo, acompañándolas del establecimiento y puesta en marcha de los planes de acción y despegue.