Poner en marcha un cuadro de mando en tu empresa te permitirá gestionar y monitorizar los objetivos de tu compañía para lograr que todo el equipo se involucre en el proceso y también para detectar los fallos o los aspectos que potenciar dentro de la estrategia de trabajo. De hecho, es una herramienta muy útil para grandes empresas que tienen abiertas varias líneas de negocio y que quieren sacar el máximo beneficio en todas ellas.
Las funciones del cuadro de mando son muchas y sus aplicaciones también, ya que permite el seguimiento de las variables de diferentes departamentos, las que se centran en los datos financieros y otros que ayudan a la toma de decisiones desde la directiva y que dan una visión global de toda la compañía.
La relación con los clientes y el cuadro de mando
Uno de los aspectos que más se trabajan desde el cuadro de mando es la implicación de los clientes con la actividad de la empresa, analizando el porcentaje de compra, fidelización o interés que despiertan los productos o servicios de la compañía. El cuadro de mando permite orientar las estrategias de este tipo a la consecución de los objetivos, estableciendo una serie de metas y creando una serie de indicadores que permitan medir los resultados.
Concepto básico: cuota de mercado
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Se trata del porcentaje del mercado al que la compañía suministra un producto o servicio. Es decir, se tiene en cuenta la amplitud general de los consumidores y se estudian aquellos que están interesados o necesitan y compran los productos de la compañía.
Por supuesto, se trata de uno de los objetivos más comunes propuestos por la empresa dentro de la gestión del cuadro de mando, porque la meta de muchos negocios es precisamente aumentar su cuota de mercado. Pero, ¿cuáles son las ventajas del cuadro de mando a la hora de establecer una estrategia de cuota de mercado?
El cuadro de mando relacional
Esta modalidad pretende hacer un análisis exhaustivo de la relación de los clientes con la compañía, teniendo en cuenta datos de retorno de inversión, fidelización y también de cuota de mercado. Se trata de un instrumento que aporta mucho valor a los departamentos de marketing y ventas y normalmente cuenta con cuatro fases:
- Estrategia de relación: Se crean unos objetivos generales a los que se enfocarán todas las acciones.
- Indicadores: Todos los procesos puestos en marcha tienen que tener la capacidad de ser medidos, por eso es importante establecer unos indicadores que nos permitan analizar el éxito.
- Niveles objetivo: Son puntos clave que iremos alcanzando a medida que la estrategia vaya funcionando, y que nos servirán para determinar que vamos por el buen camino.
- Implementación: Por supuesto, después del trabajo de creación de la estrategia para aumentar la cuota de mercado y la relación con los clientes es hora de implicar a la plantilla seleccionada para ver resultados cuanto antes.
La cuota de mercado es uno de los objetivos principales de todas las empresas, y una estrategia de este tipo puede ser gestionada fácilmente a través de un cuadro de mando relacional, que nos permite fijar objetivos e indicadores para resolverlos.
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