Se ha hablado mucho en las últimas semanas de la cuarta revolución industrial. Es un tópico habitual para cualquier consultor big data y fuente de curiosidad para CIOs y CEOS que tratan de acelerar su proceso de transformación digital con la garantía de saber que apuntan en la dirección adecuada.
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Sabemos que los cambios han empezado a producirse y algunos son ya visibles. Lo que no se conoce tanto son esos impulsores que hacen posible que el proceso no se detenga, que continúe en marcha y aportando nuevas soluciones; o los facilitadores, sin los cuales no sería viable hacer realidad la transformación, en especial en entornos productivos.
Cuarta revolución industrial: los elementos básicos para el movimiento
No podría hablarse de la cuarta revolución industrial sin el big data. Los grandes datos son fuente de innovación, impulsores de la creatividad y único modo de encontrar un sentido a la nueva realidad. A través de ellos las empresas consiguen:
- Conocer mejor a sus clientes.
- Colaborar con otras organizaciones de manera más efectiva.
- Afinar más sus estrategias.
- Replantear sus procesos internos.
El complemento natural de big data es el social media. Las redes sociales fueron el primer ámbito elegido por muchos negocios para lanzarse a hacer incursiones analíticas. Superados las primeras dificultades en lo concerniente a la recogida de datos y su almacenamiento, la tecnología permitió también resolver la principal cuestión: hallar la forma de extraer valor del dato. Y así, la analítica comenzó una rápida evolución que, desde su estadio descriptivo, la llevó a cotas predictivas y prescriptivas.
Partiendo de un rápido desarrollo de capacidades y un creciente interés en las posibilidades del conocimiento, el mayor respaldo de la cuarta revolución industrial; empiezan a aparecer nuevos intereses, nuevas posibilidades, que multiplican las opciones de los negocios:
- Aprendizaje automático.
- Minería de datos en streaming.
- Internet de las cosas.
Las novedades parecen no tener límite una vez que se ponen al servicio del talento. Aunque sólo las empresas más maduras son capaces de aprovecharlo de verdad.
Los principales facilitadores de la cuarta revolución industrial
Existen tres elementos que, combinados, facilitan que el proceso de cambio de las fábricas de esta era se produzca con mayor fluidez. Son los siguientes:
- PERSONALIZACIÓN. Uno de los principales facilitadores de la cuarta revolución industrial es la capacidad de acceder a información en tiempo real. Esto significa que ya se puede recoger un dato y procesarlo, analizarlo y emplearlo para tomar decisiones, a milisegundos de haberse generado. Aunque encargarse de ello sería complicado, dadas las limitaciones humanas, la tecnología permite que sea posible:
A/ Llevar a cabo la recogida de la información de los puntos donde interesa entrar en contacto con determinado tipo de datos.
B/ Procesarlos y presentarlos de manera ordenada.
C/ De forma automatizada, en unos casos, y manual, en otros, tomar las decisiones necesarias para pasar a la acción.
Esto es importante ya que las nuevas fábricas se organizan en función de un sistema productivo modular en el que la diferenciación se retrasa al máximo. La personalización es tan importante que, en ocasiones, es el mismo cliente quien lo decide todo sobre el acabado de un producto.
Gracias a esta capacidad se evita que una persona que no puede disponer de un artículo, por ejemplo, en su color preferido, se vaya a la competencia y decida adquirir un bien equivalente o totalmente distinto. Algo que solía ocurrir demasiado a menudo y que hoy puede evitarse.
- AUTOMATIZACIÓN. Los sensores son otro de los elementos que facilitan la revolución industrial de nuestra era, y lo hacen mejorando los niveles de calidad en la producción. Su aportación se nota en:
- Eliminación de errores de fabricación por completo.
- Aumento de la capacidad de predecir, que está muy en línea con los conceptos de fabricación flexible y personalización en masa.
- Posibilidad de monitorizar todo el ciclo de producción de un bien, desde que sólo es materias primas, hasta que se encuentra saliendo por un muelle de carga de la planta.
Por supuesto, son necesarios también procesos de control avanzados que, en base a información inteligente, garanticen la integración de todos los componentes del sistema y faciliten la automatización al máximo, que es la tendencia hacia la que avanzamos.
3.INNOVACIÓN. No sólo se trata de la incorporación de robots a los procesos de producción, sino que la cuarta revolución industrial, también trae consigo novedades relacionadas con una menor aversión al riesgo que, combinada con la dosis de talento adecuada, permite obtener ventaja competitiva en forma de, por ejemplo, el uso de materiales avanzados, que aportan un valor extra al producto, dotándole de nuevas capacidades y diferenciándolo de otros similares en el mercado.
Por supuesto, para poder experimentar el cambio en condiciones óptimas es necesario tomar en serio un asunto que crece en importancia; una cuestión prioritaria, que es la seguridad. La protección tiene que ver con la vida útil de los productos tecnológicos, con la documentación y especificaciones técnicas relativas a los procesos productivos pero, sobre todo, con la que se ha de asegurar a los sistemas, dado el flujo continuo de información que corre a través de ellos.
Cuando la información de un cliente entra a ser procesada se recogen tanto sus gustos y preferencias, como sus hábitos o datos más sensibles, como pueden ser los números de sus cuentas bancarias o su dirección postal. Velar por la seguridad debe ser un objetivo alcanzable en esta etapa en la que entramos, para evitar que la aparición de brechas pueda afectar al rendimiento del negocio o al futuro de una nueva forma de trabajar.