A medida que IT y el área de negocio se hacen más independientes, los sistemas de gestión empresarial cobran importancia renovada y evolucionan hacia nuevos modelos, dotados de funcionalidades avanzadas, que permiten a los usuarios adquirir las capacidades necesarias para la nueva era.
Créditos fotográficos: Sira Anamwong
Los servicios que entregaba tradicionalmente IT hoy son accedidos a través del autoservicio, gracias a dashboards y herramientas de visualización, que sirven cómodamente los datos más completos y actualizados a ritmo de pulsión digital sobre un dispositivo móvil de cualquier especie.
No obstante, la garantía de funcionamiento de los engranaje detrás de estos flujos informacionales exige una mejor conexión entre estos dos áreas, IT y negocio. Pese a que, hasta hace no mucho eran dos mundos muy diferenciados, hoy día, los límites se difuminan, para apoyar la transición hacia un nuevo modelo de negocio hacia el que avanzan de la mano.
Esto conlleva muchas implicaciones, una de las cuales es que se requiere a los responsable de IT que sean capaces de gestionar su área como si de un negocio se tratase, tomando decisiones en función del impacto que se pueda causar en la organización y su rendimiento global.
Entre los beneficios de esta alineación entre IT y el área de negocio cabe destacar
- Mayor agilidad: el departamento de gestión de la información debe saber adaptar su infraestructura a la velocidad suficiente como para llegar a tiempo a dar soporte a los cambios que no dejan de producirse en el ecosistema del negocio.
- Mejora de la entrega y aumento en la calidad del servicio: IT debe concentrarse en entregar los servicios de negocio que la empresa necesita y de hacerlo cumpliendo con los requerimientos de servicio impuestos.
- Disminución de costes: es posible optimizar la eficiencia global del negocio si IT es capaz de establecer sus prioridades en función del impacto que cada una de sus actividades puede causar en los resultados globales.
Pero, no existe beneficio sin un trabajo previo de ajuste, que requiere de una colaboración efectiva y de la garantía de unos niveles de comunicación adecuados. A este esfuerzo, hay que sumarle una correcta elección tecnológica, en especial en lo que concierne a los dashboards.
Dashboards y sistemas de gestión empresarial
La avalancha de posibilidades que existen hoy en el mercado puede abrumar a los ejecutivos de muchas empresas a la hora de proceder a la selección de las herramientas que les permitirán tener toda la información que necesitan al alcance de su mano.
La parte más complicada ya está en marcha, si se está trabajando en una estrategia de alineación de IT y negocio y, sin embargo, para que los resultados sean consistentes, la agilidad y la independencia que se ganará con este nuevo modelo organizacional requiere del complemento de un dashboard a la altura de las circunstancias.
Un cuadro de mando efectivo causa un impacto determinante en el rendimiento del negocio. Garantizar una visión única de la verdad y hacer posible un acceso inmediato a los datos actualizados más relevantes sobre la organización puede ser el origen de la diferencia que separe a una compañía de sus competidores. Para ello, los sistemas de gestión empresarial necesitan un dashboard que asegure:
- La posibilidad de optimizar la extracción del valor de los datos: no es fácil poner a trabajar el activo más valioso de la organización, su información. Además de la habilidad de transmitir conocimiento a toda la organización de forma transversal, a través del cuadro de mando se debe promover la interacción usuaria para incrementar las tasas de productividad y mejorar la capacidad de respuesta del negocio.
- La integración: diferentes usuarios, distintas formas de acceso, aplicaciones variadas, sistemas de todo tipo y una única visión. La consolidación de una plataforma que fusione toda la información empresarial garantiza una interfaz única de reporting a la vez que reduce los esfuerzos de compilación de información y evita la duplicación de tareas orientadas a la preparación de datos o al análisis.
- La alineación interdepartamental: a nivel de objetivos, de rendimiento y de datos. La transparencia y la garantía de acceso a la información, siempre en las condiciones de seguridad adecuada, son los puntos básicos de cualquier estrategia de negocio que tenga por meta lograr mejorar la calidad de productos y servicios en base a la optimización de procesos.
Precisamente las metas son un aspecto a tener muy en cuenta a la hora de implementar unos tipos de dashboard u otros. La tecnología actual hace posible que existan cuadros de mando aptos para cualquier tipo de necesidad, así:
- Las organizaciones donde, por la aceleración de los negocios o el ritmo de mercado, encuentren imprescindible el contar con el soporte que les permita elaborar respuestas inmediatas, necesitan de un dashboard que, a nivel operacional sea muy sensible al tiempo; y a nivel analítico les permita detectar tendencias e identificar información de valor incluso en streaming.
- Las empresas que quieran personalizar las aplicaciones pueden dividir los cuadros de mando en una línea dedicada a los usuarios de negocio y sus responsables, más orientada a procesos; y otra donde los sistemas de gestión empresarial puedan explotarse a nivel de toma de decisiones y análisis.
- Las compañías que busquen una adecuación a los distintos tipos de objetivos, deberán asegurarse de que los cuadros de mando que escojan les facilitan la implementación de modos tácticos, orientados al corto y medio plazo y de modos analíticos, que les permitan abordar la gestión estratégica de metas a largo plazo.