Visualización y autoservicio son las claves en que se mueve la inteligencia de negocio de hoy en día. Las estrategias de BI actuales se desarrollan en torno a estos dos atributos que, cualquier herramienta orientada al analytics debe garantizar. Sin embargo, a diferencia de lo que sucedía en el contexto tradicional de business intelligence, la inteligencia de negocio de nueva generación requiere de altas dosis de gobernanza para que todo el resto de elementos puedan marchar armónicamente.
Créditos fotográficos: istock carusi83
Big data, visualización, autoservicio e inteligencia de negocio
Las capacidades de visualización y autoservicio en el ámbito de la inteligencia de negocio hacen posible que los usuarios sean más autónomos, más independientes y más ágiles en su respuesta. Con el acceso a los datos que necesitan para la toma de decisiones garantizado, ya no precisan recurrir a IT cuando han de lanzar sus consultas. Para cumplir con esa necesidad de negocio, las herramientas tecnológicas empleadas tienen que permitir a las personas reunir información de múltiples fuentes, analizarla, visualizarla y compartirla con otros miembros de la organización, sin tener que conocer los protocolos técnicos necesarios para acceder a los datos.
Sin embargo, pese a lo avanzado y completo de cualquier software de BI de estas características, no hay que olvidar que siempre es necesario que alguien haya hecho un trabajo previo: los datos tienen que ser reunidos en algún momento, de una manera que tenga sentido. Es la base de la inteligencia de negocio. No obstante, hoy día, a diferencia de lo que sucedía con el BI tradicional:
- Hay muchos más datos disponibles.
- La proporción de datos externos supera a la de los datos procedentes del interior de la organización.
- Las fuentes son múltiples.
- Los datos son heterogéneos.
- Las posibilidades de almacenamiento y procesamiento son mucho mayores y significativamente más económicas (gracias al cloud y a iniciativas como Hadoop).
Inteligencia de negocio: no sin gobierno
La capacidad de disponer de retroalimentación interactiva a nuevas preguntas, y de que este acceso se dé en condiciones de mayor dinamismo, significa que la interfaz de usuario se puede mejorar. Las nuevas capacidades de visualización consiguen que, en lugar de forzar a los usuarios a hacer una pregunta, obtener un resultado y luego usar ese resultado para hacer un gráfico, sean ellos mismos quienes interactúen directamente con el propio gráfico. Es más apropiado para el descubrimiento y está mucho más en línea con el autoservicio.
Pero este nuevo modelo de inteligencia de negocio, que avanza impulsada por el autoservicio conlleva grandes y graves riesgos para la salud de la organización. Estos peligros se derivan de:
- Un acceso abierto a los datos: más usuarios pueden libremente interactuar con ellos.
- Una interacción sin condiciones (o sin las necesarias, en muchos casos): que puede fomentar la creación de silos departamentales.
- La escisión de la inteligencia de negocio corporativa en varias BI sectoriales, que sirven a los fines particulares de las distintas áreas.
El autoservicio de BI puede exacerbar todos estos problemas mediante la eliminación de los controles y equilibrios en la preparación de datos para su posterior uso. Silos de información, análisis precarios y un aumento de los costes son algunas de las consecuencias de la falta de gobierno.
Para minimizar estos riesgos hace falta el gobierno de los datos. La gobernabilidad incluye la seguridad y ésta, a su vez, el consenso y la normalización. En la práctica, teniendo en cuenta que para muchos es un éxito de la inteligencia de negocio el poder tomar mejores decisiones y hacerlo más rápido; el papel del gobierno es un privilegio reducido a aquéllos que entienden la importancia de dar sentido a los procesos y procedimientos en general.
Post relacionados: