Entre las muchísimas aplicaciones de Big Data y las herramientas de análisis de datos, sin duda destacan aquellas que de un modo más transversal son capaces de dar respuestas a necesidades tanto de instituciones públicas como de compañías y empresas, ilustrando hasta qué punto los intereses de lo público y lo privado pueden satisfacerse, en ocasiones, de un modo similar y prácticamente simultáneo.
Este es el caso (un ejemplo entre muchos otros de fácil dilucidación), de las oportunidades que ofrece Big Data en la gestión de la movilidad en las grandes ciudades, un asunto que hoy trataremos de introducir de un modo fácilmente extrapolable a otros ámbitos de administración de lo cotidiano.
Big Data en la gestión de la movilidad
No cabe duda de que, entre los mayores retos de presente y de futuro que deben afrontar dirigentes políticos y gestores de lo público, destacan los que plantea la movilidad, especialmente en las grandes concentraciones urbanas.
Claro que la movilidad urbana incluye aspectos variados y distintos; es un concepto complejo y polifacético, en el que convergen cuestiones como la planificación urbana, la gestión del tráfico rodado, la reducción del impacto ambiental, el diseño de servicios de transporte público... y que, en cada una de estas cuestiones, a su vez entran en juego multitud de consideraciones a tener en cuenta, la mayoría asuntos técnicos íntimamente relacionados con el análisis de datos.
Las agencias de tráfico estatales y regionales, y los responsables de municipios y distritos (instituciones públicas) son los principales interesados en las ventajas que puede aportar Big Data para planificar, gestionar y regular la movilidad en las zonas urbanas. Un reto que no solo es posible afrontar analizando datos e informaciones relevantes que muestren la evolución histórica del tráfico, por ejemplo, sino también y gracias a Big Data, monitorizar el desarrollo de las políticas y las disposiciones tomadas en este ámbito, e incluso anticipar posibles retos de futuro para tomar las decisiones más adecuadas en cada momento.
Pero, como decíamos, no es solo el ámbito de lo público el que puede sacar partido a Big Data. También las compañías, sobre todo las especializadas en logística y transporte, tienen en Big Data y las herramientas de análisis de datos sólidos aliados de negocio. No solo eso: el sector logístico es uno de los grandes beneficiados por las soluciones Business Intelligence relacionadas con Big Data y la movilidad (sobre Mobile Intelligence, una interesante faceta de la inteligencia de negocio que en este aspecto es de gran utilidad, recomendamos la guía gratuita Movilidad: la clave del éxito en los negocios).
Tanto los responsables corporativos como los operarios y repartidores, los implicados en operaciones logísticas y de transporte en núcleos urbanos afrontan importantes retos: desde la reducción y optimización de los tiempos de transporte, la disminución del impacto ambiental y los costes operativos en su conjunto, hasta la planificación de rutas por proximidad, red viaria, saturación del tráfico... todo ello es fácilmente manejable gracias a Big Data y al análisis de cientos de miles de nuevos datos que diariamente se añaden sobre horarios punta, hábitos de transporte, zonas con menor o mayor colapso de tráfico, etc. Aliados imprescindibles, pues, para ofrecer servicios más eficaces, más eficientes, mejor ajustados a las necesidades del cliente y con menores costes.
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