A medida que la transformación digital ha ido situando las TIC en el centro del negocio, éstas han pasado de ser un mero recurso, capaz de reportar importantes ventajas competitivas, a convertirse en el motor que hace funcionar todos los procesos implicados en la consecución de buenos resultados.
Que las TIC ocupen esa posición clave ha sido posible gracias a un cambio significativo; las compañías han dejado atrás su incorporación a modo de prueba o experimentación para pasar a basar en sus capacidades tanto la creación de nuevos productos y servicios como la mejora de su relación con proveedores y clientes.
Así las cosas, hoy en día digitalizar el negocio es imprescindible para sobrevivir en prácticamente cualquier sector y los CIO son conscientes de ello. Ya lo señalaba la última Encuesta Global de CIO 2018-19 de Logicalis, destacando cambios significativos en el rol de los CIOs con relación en años anteriores, en el que los hemos catalogado como Agentes de Innovación, especialmente por la disposición de una visión global del negocio y lograr alcanzar el equilibrio entre actividades estratégicas y las operaciones del día a día.
Gartner por su parte, también refleja los cambios que se han experimentado en los últimos años. Gracias a ella hemos averiguado que el 45% de los CIOs participantes ha declarado haber cambiado su modelo de negocio o estar en vías de hacerlo para ahondar en la digitalización de procesos y la implantación de nuevas tecnologías.
Ese alto porcentaje hace lógico otro de los resultados más llamativos del estudio de la consultora: el 33% de los CIOs participantes en él ha admitido emplear cada vez más recursos y esfuerzos para aumentar el número de servicios digitales que ofrece al cliente, con el fin de hacerlo más rápido, con las mayores garantías de seguridad y optimizando al máximo los recursos.
En un contexto en el que la digitalización marcará la línea fronteriza que separará los negocios potencialmente prósperos de aquellos que quedarán atrás (una discriminación cuya velocidad se multiplicará a causa de la irrupción de tecnologías disruptivas como la IA o la analítica más avanzada) a los CIOs se les presenta el reto de atender varias áreas importantes dentro del proceso de Transformación Digital, invitándolo a un cambiando de mentalidad.
Tres áreas clave que presentan retos de responsabilidad
La primera de ellas es la seguridad: a medida que un negocio se digitaliza el poder del usuario final para acceder a información sensible aumenta, lo que convierte la seguridad de la información en una cuestión de mayor importancia. Los tiempos de la reactividad han tocado a su fin.
La miríada de amenazas que se ciernen sobre los sistemas y la creciente sofisticación del malware exigen un enfoque proactivo que se traduzca en estrategias preventivas sólidas. Un buen gobierno del dato no sólo es imprescindible para extraer el mejor valor añadido de la información, también lo es para salvaguardar su integridad y evitar intrusiones o sanciones de consecuencias irreparables. Establecerlo exige tanto aumentar el nivel de automatización de las herramientas empleadas para combatir la acción del malware como, sobre todo, educar a los miembros de la organización en el cumplimiento escrupuloso de buenos protocolos de seguridad. Potenciar esa cultura de la gobernanza es una de las misiones a cumplir por el CIO.
El segundo eje fundamental gira entorno a la innovacción en el mundo de los negocios: lo que siempre ha sido necesario, ahora es totalmente perentorio. Los CIOS han de ser conscientes de que el proceso de transformación digital les exige conocer cualquier avance disruptivo, en el que se pueda apoyar el desarrollo de funcionalidades y capacidades nuevas que faciliten una mejor experiencia al usuario final. Esa flexibilidad requiere hacer los procesos internos más ágiles y más flexibles sin que por ello se vean resentidas ni la seguridad ni el rendimiento.
El tercer ámbito significativo en el que la intervención de los CIO va a ser cada vez más decisiva es en la distribución de los recursos y patrimonio informáticos. Las organizaciones trasladan cada vez más recursos y servicios a la nube depositándolos en manos de proveedores externos. Pese a que el 64% de la tecnología y los servicios aún se alojan y administran internamente, a medida que la nube gana en seguridad aumentan los recursos, procesos y servicios externalizados vía Saas. Desde el correo electrónico hasta el CRM, pasando por el almacenamiento de datos.
Así también lo ha confirmado la sexta Global CIO Survey 2018 de Logicalis, 24% de las TI han apostado en el Cloud administrada de manera interna o externalizada.
Esta externalización responde a la necesidad de dedicar una mayor cantidad de recursos internos a innovar, decidir qué sistemas y servicios se mantendrán en la empresa y cuáles migrarán supone tanto una presión añadida como un estímulo profesional para los CIOs.
