La rotura de stock es cosa del pasado. El desabastecimiento, conocido en inglés como stockout, se puede evitar si se entiende la causa y no sólo se tratan los síntomas. De esta forma se puede actuar de forma proactiva, poniendo medidas antes de que se produzca el problema. En cualquiera de los casos, disponer de la información adecuada resulta esencial.
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Causas de la rotura de stock
La rotura de stock puede plantearse si se reúnen alguna de las siguientes causas:
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Baja estimación de la demanda de un producto que conduce a la realización de un pedido insuficiente.
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Retraso en la entrega por parte de un proveedor.
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Mala planificación de los plazos de abastecimiento acordados con las empresas proveedoras.
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Nivel de stock de seguridad demasiado bajo para cubrir el perfil de riesgo de un determinado artículo.
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Volumen de pedido insuficiente, como resultado de un sistema de pedido pobre o de la mala toma de decisiones, ocasionada por un hecho bastante común, como es el tomar la decisión del número de unidades de un producto a solicitar en el momento de realizar el pedido.
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Falta de perspectiva de los flujos de compra o de visión global.
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Desconocimiento de los hábitos de los consumidores, uno de los motivos que más habitualmente influyen en la rotura de stock.
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Disposición de datos insuficiente para ilustrar sobre las tendencias que pueden afectar al ciclo de vida de un producto.
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Problemas de calidad del producto que resultan en un alto nivel de retornos al proveedor.
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Negativa del proveedor a proceder con la entrega, debido a una retención de crédito en su cuenta originada por la falta de pago en nombre de la compañía.
Cómo resolver el problema de la rotura de stock
Independientemente del sector de la empresa, estas circunstancias pueden suceder en algún momento, causando como resultado:
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Pérdida de clientes.
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Mala imagen del negocio.
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Pérdida de posicionamiento en el mercado, en favor de la competencia.
Para tratar el problema y, a la vez, construir una ventaja competitiva, se necesitan las herramientas adecuadas que permitan:
1. Detectar el problema. Es preciso contar con un cuadro de mando que identifique los desabastecimientos existentes dotando de la visibilidad suficiente a las áreas de Gestión de Ventas y Compras, cuyo papel es absolutamente esencial para resolver eficazmente el problema.
2. Establecer prioridades: clasificar los distintos artículos en función de su riesgo potencial en cuanto a ventas perdidas, para que los de mayor prioridad reciban la atención en primer lugar. De esta forma se logra el máximo beneficio, con el menor esfuerzo y en el mínimo tiempo.
3. Predecir las probabilidades de que se produzca una rotura de stock: un sistema de gestión de inventario equipado con un buen dashboard puede predecir una rotura de stock antes de que se produzca, permitiendo abastecerse a tiempo para evitar el problema.
4. Gestionar objetivos: utilizando pronósticos se aplican cálculos que permiten evitar pérdidas de alineación con la demanda real del mercado, tan pronto como se identifican los cambios en ésta, facilitando una respuesta ágil que impulse el cumplimiento de objetivos.
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