Más allá de proyecciones de mercado y pronósticos sobre la fecha en que la tecnología chatbot será una realidad incontestable lo que sí están claros son los escenarios sectoriales que se verán impactados por su segura adopción masiva.
Contact Center, sector Retail, sistemas de asistencia, comercio electrónicos, banca, … son ámbitos de clara aplicación que hallarán enormes ventajas en la efectividad, agilidad y resistencia de esta moderna tecnología. Pero hay muchos más, casi incontables.
Gestionar llamadas sin esperas para el cliente, sin eternos desvíos o insufribles procesos de voz, que indefectiblemente terminan en un operador personal. Los centros de atención y contacto con clientes pueden considerarse el hábitat natural de la tecnología chatbot. Y, en estos tiempos de búsqueda de experiencias de uso insuperables, el cliente es el centro de todas las estrategias comerciales. Espera mucho de la tecnología. En concreto, la robótica de voz inteligente permite generar conversaciones ricas y fructíferas, a la par que un trato diferencial al cliente, descubriendo así un mar de posibilidades.
Todo tipo de retailers, y muy especialmente el comercio online, es otro ámbito de clara oportunidad y muchas marcas ya han puesto en marcha pilotos que ponen a prueba estos ingenios en condiciones reales, facilitando las compras en la propia tienda, aportando artículos y productos al instante, agilizando su búsqueda y mejorando la experiencia de compra.
Lo mismo en aeropuertos, cines o teatros, como servicio de información avanzada, incluso en diferentes idiomas, para orientar a los asistentes o ayudarles a encontrar diferentes lugares. O para agilizar la comunicación vía redes sociales y establecer una gestión avanzada, y “muy cool”, de las relaciones con seguidores, lectores y oyentes. Y no sólo para consumo digital, sino también para emisoras de radio o televisión convencional que, como la Cadena Cope recientemente, ha incorporado esta tecnología para manejar Facebook Messenger y suscribirse a sus principales programas.
Servicios turísticos, guías locales, “acompañantes” a museos o exposiciones, la inteligencia artificial aplicada a la conversación para resolver dudas bancarias, pagar servicios digitales que consumamos online, hacer la lista de la compra o descargar aplicaciones, agilizar la gestión de nuestros correos y mensajes de forma rápida y muy práctica.
Pero también trasladar instrucciones a un robot articulado, en una fábrica o almacén, solicitar o dar indicaciones sobre la marcha a un servicio de localización o de mapa de rutas, realizando encuestas de opinión, o consultando horarios de vuelos y transportes.
La inteligencia artificial y del lenguaje está dando grandes pasos en todos estos escenarios, pero también en la gestión de la informática más clásica, de grandes servidores o bases de datos, para dinamizar la interacción con ella. Y las gestiones y operativa diaria de un negocio también puede beneficiarse de ella para, por ejemplo, crear incidencias, pedir material, informar sobre vacaciones o reservar una sala de reuniones.
Cientos de posibilidades y escenarios de uso que van a verse potenciados con las posibilidades de la voz, en unos casos para sustituir y en otros para completar, nuestras experiencias cotidianas, en el trabajo y fuera de él. En resumen, una tecnología de impacto profesional y personal que cambiará nuestra forma de hacer muchas y diferentes tareas, en gran medida las más pesadas, arduas o intranscendentes.