Bajo la etiqueta «marketing digital» se engloba un número ingente de herramientas, técnicas y estrategias de marketing, muchas de ellas surgidas del entorno offline tradicional, adaptadas a los ecosistemas digitales.
La presencia en Internet, por sí misma, no garantiza el conocimiento de la compañía por parte de los usuarios, y ni mucho menos que este conocimiento, en el caso de producirse, se dé en los términos deseables si no se cuenta con una estrategia adecuada que permita afirmar y acrecentar la reputación digital corporativa.
Proporcionar y obtener conocimiento, claves para el éxito
El conocimiento es clave para ofrecer bienes y servicios que cubran las necesidades y cumplan las expectativas del público objetivo de una compañía. Un conocimiento que, en entornos digitales, va más allá de la mera obtención de información, exigiéndose el establecimiento de un contexto comunicacional adecuado entre la organización y el usuario, entre la empresa y el cliente o consumidor.
Habilitar estos espacios y vías de comunicación es, pues, uno de los objetivos inmediatos de las estrategias y técnicas de marketing digital más recurridas, que debido a la gran competencia existente deben contemplar la posibilidad de ofrecer, a su turno, información de interés que destaque a la compañía a cambio de obtener el conocimiento suficiente para ofrecer bienes y servicios que satisfagan al cliente.
Es necesario, en definitiva, comunicar algo, ofrecer conocimiento a cambio de conocimiento. He aquí el gran reto que plantea actualmente el marketing digital, y que lo distingue enormemente de las técnicas de marketing de otros tiempos. Una relación win-to-win a todas luces necesaria e inexcusable.
Y es aquí donde entran en juego, precisamente, las herramientas de visualización de datos como elementos comunicacionales imprescindibles, como podemos comprobar en la guía Visualización de datos: el poder de lo visual en la presentación de tus reportes, una guía (como el resto de los recursos disponibles en este blog) completamente gratuita.
Efectivamente, si queremos optimizar la información que obtenemos y brindamos a través de sitios web, redes sociales, campañas de mailing... es necesario contar con herramientas, gráficas y visuales, que traduzcan los datos y las informaciones aportadas / recabadas en conocimiento efectivo sobre la propia compañía y el mercado, respectivamente.
Conocer el entorno en el que se desarrollan las actividades de negocio es fundamental, evidentemente. Pero en contextos como el digital, en el que las oportunidades de negocio son tan variables y volátiles, resulta imprescindible que este conocimiento se obtenga de modo casi inmediato, a tiempo real, para tomar decisiones acertadas ad hoc, sobre la marcha. Y en este asunto, claro está, sobra comentar las ventajas que ofrecen las herramientas para la visualización de datos.
Pero insistíamos hace un momento en la necesidad de que este conocimiento sea recíproco, es decir, que la organización obtenga conocimiento de su mercado para ofrecer productos y servicios que satisfagan las expectativas del público, y al mismo tiempo que ofrezca información de valor sobre estos bienes y servicios, sobre la misma compañía y el sector en el que opera, para reforzar la confianza del cliente y, consiguientemente, mejorar la imagen digital corporativa. Una información que, para ser transformada rápidamente en conocimiento, se debe exponer de un modo lo más intuitivo posible (empleando gráficos, diagramas e infografías...).
Aventajar a la competencia y acrecentar la satisfacción del cliente, o lo que es lo mismo, conocer las necesidades del cliente y fortalecer el prestigio de la compañía, las dos caras de una misma moneda en las que se inscriben los objetivos principales del marketing digital, la consecución de los cuales (como hemos visto) está íntimamente imbricada con el uso de herramientas de visualización amigables, potentes y accesibles.
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