Big Data es sinónimo de oportunidad pero, en este 2016, muchos se están dando cuenta de que las opciones sólo existen para unos pocos, los que las saben aprovechar. Estos líderes tienen en común su ímpetu innovador y su tolerancia al riesgo. Son ellos quienes, a golpe de tecnología disruptiva y de analítica predictiva, van empujando las fronteras del negocio, con consecuencias que se extienden a toda la industria.
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La evolución del entorno competitivo es cada vez más complicada de visualizar y, la presencia de estos titanes de los grandes datos hace palidecer a muchas organizaciones. Puede ser que su evolución genere sinergias, abra la puerta a nuevas alternativas, sirva para proponer nuevos modelos de negocio, pero ¿qué pasaría si se tratase solamente de competencia? ¿Lograrán estas empresas invadir otras áreas? ¿Buscarán la expansión a toda costa llegando a expulsar a los más débiles del panorama de mercado?
Big data y analítica predictiva: la amenaza, los invasores y la solución
Según un reciente informe de IBM, "Redefiniendo fronteras. Conclusiones de "The Global C-suite Study", las fronteras de la competencia están ganando en ambigüedad. El motivo es que, muchos de los negocios que presentarán una competición más difícil de batir todavía se encuentran en la sombra, aún son desconocidos para las empresas, que los creen en otro ámbito, lejos de su alcance. Y no es así. Las organizaciones no pueden confiarse porque los límites se difuminan y es difícil reaccionar a tiempo.
Las claves para vencer esta amenaza invisible, tal y como se recoge en el informe de IBM son tres, así de contundentes:
- Desarrollar nuevas capacidades organizacionales y de analítica predictiva que permitan mejorar el nivel de alerta y la preparación del negocio ante los nuevos competidores.
- Buscar una visión global, no dejarse a nada ni a nadie y tomar todos los detalles en consideración a la hora de configurar la perspectiva panorámica que informará a la estrategia.
- Concentrar esfuerzos en avanzar en la transformación digital del negocio, para ser el primero en el ámbito Big Data, ser un referente o plantearse buscar nuevas opciones en otros mercados.
Pero, muchos CIOs y CEOs se preguntan ¿quiénes son estos invasores de la era digital? ¿Qué tipo de empresas tienen el potencial de conquistar un territorio que ya se creía dominado hace tiempo? La competencia invisible son, en realidad, tres tipos diferentes de negocio:
A/ Empresas que desarrollan su actividad en industrias próximas, aunque no coincidentes; y que ven la oportunidad de embarcarse en nuevas iniciativas con grandes posibilidades de éxito. Precisamente la convergencia entre sectores es, de todas las amenazas, la que plantea un riesgo más elevado e inminente.
B/ Nuevos negocios con un elevado potencial tecnológico y las ventajas de la transformación digital de su parte, al haberse situado en una posición de madurez que les impulsa al liderazgo. Una de sus principales bazas es la agilidad, al verse libres de la rigidez de la infraestructura heredada que ralentiza a muchas otras empresas.
C/ Organizaciones consolidadas y de peso, gigantes tecnológicos que deciden ampliar sus posibilidades en un momento determinado.
¿Cómo prever lo que aún se desconoce?
La complejidad de la situación empresarial que se atraviesa en todo el mundo al mismo tiempo, radica en la dificultad de poder apoyarse en la analítica predictiva para elaborar respuestas sobre fenómenos que todavía no son conocidos. El factor tecnológico es la clave del éxito y la forma en que los nuevos avances impactarán en el mercado es una incógnita que aumenta el nivel de incertidumbre de los responsables de la toma de decisiones empresarial. Los negocios se han embarcado en una carrera de fondo a alta velocidad, en la que no existe una meta definida, ¿quién ganará? ¿Quienes tengan más recursos, quienes sepan cómo aprovechar la tecnología o quienes logren desarrollar la mejor idea?
No es fácil encontrar respuesta a muchas de las cuestiones que surgen a la luz de los acontecimientos, aunque lo que sí es posible es redefinir las reglas de participación. Las compañías deben adaptar su estrategia a las circunstancias y buscar:
- De cara a los consumidores: garantizar experiencias mucho más personalizadas a sus clientes, en base a todas las posibilidades digitales, al talento y a la analítica predictiva. No hay que conformarse con comprender a la mayoría, sino que es preciso descender a nivel individual, apoyándose en la tecnología pero reconociendo el valor de la aportación humana en el proceso y la capacidad de diferenciación que el trato persona a persona puede ofrecer.
- En cuanto a la competencia: buscar la unión para fortalecer el negocio y aumentar sus posibilidades de supervivencia. Colaboraciones, cooperaciones y uniones de cualquier tipo son la llave que abre las puertas de la innovación. Limitarse a los propios recursos es frenar el avance del negocio.
- Mirando hacia dentro: para evitar restringir el crecimiento futuro hay que descentralizar la toma de decisiones, valorar posibilidades como el outsourcing, dotar de nuevas capacidades a todos los usuarios de negocio y reforzar las redes que forman un ecosistema más proactivo y dinámico, más eficiente y con mayor talento. De esta forma se puede acelerar el ritmo de los negocios.
Cómo llevar esta estrategia a la práctica con las posibilidades de la analítica predictiva
En la práctica, la manera de conseguir posicionar al negocio en un lugar más seguro, lejos del alcance de las amenazas y avanzando hacia los puestos de liderazgo, es siguiendo los siguientes pasos:
- Apostar por la nube y sus servicios asociados.
- No dejar de creer en las posibilidades de la analítica predictiva y de las tecnologías móviles.
- Concentrar la investigación en el Internet de las Cosas (IoT).
- Dejar a un lado la reticencia a compartir y pensar que, superada la aversión al riesgo, la creación de alianzas es la vía más efectiva para moverse con rapidez en la nueva era.
- Reforzar el potencial innovador de la compañía, con recursos y talento.
6. No olvidarse de que la seguridad debe estar siempre en el radar.