Cuando una organización se plantea la migración de un sistema antiguo a uno nuevo, ya se trate de un ERP, un CRM, un sistema de producción, un gestor de campañas u otros; siempre existe una etapa del proyecto que suele menospreciarse. Esa fase es la de la mover los datos hacia el nuevo sistema: la migración de datos en sí.
Muchas veces no se migra todo el histórico, sino que sólo se mueven datos más recientes pero, aún así, es vital rescatarlos del sistema antiguo, para poder disponer de ellos cuando se necesiten, asegurando su completitud e integridad aunque no sigan vigentes en el nuevo sistema. Ésta será la única manera de garantizar un trasfondo de calidad y confiabilidad en la toma de decisiones empresariales.
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