A medida que las empresas se van dando cuenta de la importancia de la interacción con sus clientes va creciendo su interés por el marketing relacional que, de ser una opción más de las muchas que se barajaban, pasa a considerarse un punto nuclear en la estrategia de marketing de estas organizaciones.
La cuota de mercado es una de esas variables que ayudan a crearse una idea general del tamaño de una empresa en cuanto a su alcance y su posicionamiento frente a los competidores. Esta métrica no puede faltar en el cuadro de mando cuando se necesita conocer el porcentaje de una industria o de las ventas totales del mercado que la empresa alcanza durante un período de tiempo específico. Para conocer este dato, los cálculos que hay que realizar consisten en tomar las ventas de la empresa durante el período a analizar y dividirlas por el total de las ventas de la industria en el mismo período.
Parece que desde el año 2009 no se habla de Business Intelligence (BI). Es como si toda la red se hubiese confabulado para aislar un término que ya no resulta atractivo, que parece incluso pasado de moda... Lo curioso es que todos los negocios siguen necesitando recurrir a su BI y, por eso, las empresas no cejan en su empeño de superar los retos que las nuevas arquitecturas requeridas para la inteligencia de negocio de última generación les imponen.
La gestión del riesgo es uno de los platos fuertes de predictive analytics. La analítica predictiva apoya la toma de decisiones aportando una visión holística que multiplica las opciones del negocio frente al riesgo y al fraude que, ¿de qué otra forma podría detectarse? El análisis avanzado exprime la información para mitigar amenazas, reconducir debilidades y aprovechar oportunidades y la toma de decisiones se beneficia de esta seguridad, que se transmite a la organización al completo.
Cuando se trata de temas relacionados con la Directiva Solvencia II, EIOPIA (European Insurance and Occupational Pensions Authority), la autoridad europea en materia de seguros y pensiones de jubilación; es el lugar donde acudir. En su web se pueden resolver dudas relacionadas con la implementación de las nuevas formas de trabajo exigidas por esta reglamentación que, en pocos meses, entrará en vigor.
La inteligencia empresarial, también llamada inteligencia de negocio o BI (business intelligence) es toda aquella información estratégica y analítica que una empresa analiza, predice y monitorea para facilitar la toma de decisiones.
Inteligencia empresarial: Ayer hoy y mañana
Esta inteligencia en el pasado sólo se usaba para explicar y comprender. Su alcance terminaba en el presente al que, la mayoría de las veces, llegaban con retraso. En ocasiones semanas, en los peores casos meses... un desfase temporal que afectaba la eficacia de la toma de decisiones, amputando su brillantez y bloqueando la visión de las mejores oportunidades.
Los cambios y las transformaciones que sufren las especies a lo largo de generaciones dan lugar a su evolución natural, y determinan la capacidad de adaptación de los individuos de las mismas a su entorno. Es ley de vida: nada (o casi nada) permanece inmutable logrando sobrevivir en el intento.
Lo mismo pero a una velocidad infinitamente mayor, a un ritmo trepidante los últimos años ocurre con los negocios y las actividades empresariales, más en momentos como este en el que el desarrollo de soluciones tecnológicas avanzadas, como las nuevas herramientas Big Data Analytics, determinan de un modo radical el éxito o el fracaso en cualquier empresa que se emprenda.
La fijación de objetivos es un momento altamente crítico y sensible del diseño del plan estratégico de una organización. Y no solo por su condición de necesidad (sin objetivos no hay estrategia), sino más bien por la tremenda repercusión del establecimiento de objetivos en el éxito o el fracaso de cualquier proyecto empresarial.
Hablamos a menudo de la inteligencia de negocios, un término bajo el cual se agrupan un número cada vez mayor de sistemas y herramientas que cumplen con distintos fines, desde el tratamiento de datos e información (su obtención, estructuración, gestión, análisis y visualización), hasta la monitorización del desarrollo de la estrategia corporativa, pasando por la evaluación de los procesos y las actividades más variadas implicadas, de un modo u otro, en la actividad empresarial.
Las herramientas tecnológicas están en constante desarrollo, perfeccionamiento y mejora, algo a lo que la inteligencia de negocios no permanece ajena en absoluto.