Como toda iniciativa que impacta directamente en el negocio, es imprescindible contar con los stakeholders que impulsen, esponsoricen y acompañen el proceso de transformación técnica, funcional, cultural, y en algunos casos, incluso organizativa.

El sponsor adecuado debe sentirse implicado con el proyecto y tener influencia. Hablamos de liderazgo, que no necesariamente debe identificarse con jerarquía, ni reunirse en la misma persona que un rol de determinado nivel dentro de la organización. Esta persona, este líder, más que imponer, convence; y lo hace desde la subjetividad, transmitiendo su emoción por el proyecto que se abre frente al futuro de la organización, con el que se identifica y en el que cree.

Seleccionar los indicadores que serán objeto de ponderación en el cuadro de mando integral es la forma de abrir el camino que conducirá a nuestra empresa hacia el éxito. Llevar a cabo esta acción implica materializar el concepto de rentabilidad para nuestro caso particular, en al ámbito de la situación y circunstancias actuales.

La movilidad implica accesibilidad. Pero si se quiere ir un paso más allá, hay que procurar también el autoservicio. Esta flexibilidad significa que se eliminan de raíz los límites al trabajo ya que desde cualquier parte y en cualquier momento todo el mundo puede acceder al cuadro de mando integral. Las ventajas inciden de forma directa en la productividad, la eficiencia y, sobre todo, en la agilidad.

Se han resuelto las cuestiones acerca de funcionalidades, aplicaciones, gestión de la herramienta pero, incluso contando con los mejores medios, es habitual que en el día a día puedan surgir dudas u obstáculos. En esos momentos es conveniente poder contar con el apoyo de un equipo experto de profesionales que brinden el asesoramiento necesario orientado a cualquier tipo de estrategia de movilidad.

Este aliado estratégico ha de conocer la tecnología, pero también el negocio y sus procesos. La transparencia y la claridad deben ser sus señas, ya que a lo largo de la fase de definición de la estrategia corporativa de Mobile Intelligence es necesario tener las cosas claras. Disponer de este valor añadido supone asegurarse el maximizar las capacidades requeridas.

Uno de los beneficios de poder contar con esta opción, es que dará soporte a los departamentos implicados y al negocio en general, ya que cuanto mayor sea el valor generado por los análisis y conclusiones que se extraigan, mayores ventajas obtendrá la organización.

Cómo reconocer a un aliado estratégico

Su perfil técnico es indiscutible, y es precisamente en esta faceta donde surgen mayores complicaciones a la hora de reconocer al aliado estratégico idóneo para definir la estrategia de Mobile Intelligence. Este consejero tecnológico debe contar con:

- Experiencia en la implementación de diferentes estrategias de movilidad.

- Experiencia y certificado en la tecnología escogida.

- Debe ser además un experto funcional y técnico en la materia.

El aliado estratégico elegido, que ejercerá de advisor tecnológico, debe estar dedicado a trabajar directamente con el usuario de negocio, acompañando la gestión del cambio en la organización e intermediando con IT. Esta cercanía contribuye a optimizar el rendimiento que se busca y promueve un mejor conocimiento de la solución, de lo que se deriva una mayor calidad y profundidad a la hora de desarrollar la estrategia de movilidad.

Créditos fotográficos: "Success Concept" by jscreationzs

Para obtener una visión de la empresa que no se limite al corto o medio plazo y lograr, al mismo tiempo, desmarcarse del constreñimiento que imponen las variables típicas de negocio, es necesario utilizar una herramienta de gestión con todas las posibilidades que ofrece el cuadro de mando integral. Pero, para optimizar su uso, es necesario saber diferenciar los distintos tipos de objetivos y tener la capacidad necesaria para coordinarlos, en aras de su alineación con la estrategia de la empresa.

La personalización del cuadro de mando integral optimiza su rendimiento, en tanto en cuanto convierte la experiencia de su uso en una interacción totalmente diferente, mucho más coherente, lógica y cómoda. Esta tarea supone la configuración de las características externas, a nivel de la representación gráfica, por ejemplo; pero también de los valores que derivan en resultados, como pueden ser los enlaces de destino o los cálculos de tendencia.

El acceso a la información, el análisis de datos y el conocimiento que la BI permite adquirir sobre ellos es sólo la punta del iceberg de la Mobile Intelligence. Cuando se explota la conectividad inalámbrica, las fronteras se disuelven, los límites desaparecen y la perspectiva espacio - tiempo puede parecer algo del pasado.

Y es que esta solución de movilidad surge como respuesta a las necesidades que aparecen ya en las organizaciones, que empiezan a requerir de:

Establecer un diagrama causa efecto entre los factores clave de éxito de la organización permite hacer tangible en cierto modo todo lo que hasta el momento se percibía como heterogéneo. En este momento de definición del cuadro de mando integral todavía no estamos en disposición de hablar de indicadores aunque, hallar las interrelaciones entre estos factores, nos pone en la pista correcta para el establecimiento de objetivos dentro de un entorno de alineación de perspectivas imprescindible para continuar avanzando.

Minimizar el riesgo pasa por garantizar la seguridad. Cada día, cada hora, cada segundo se generan en una empresa datos. De la existencia de algunos se es consciente y de la de otros no, pero todos ellos constituyen un valioso activo que, si se sabe utilizar, puede multiplicar la rentabilidad del negocio. Pero claro, para llegar hasta este punto antes es necesario proteger esta información.

Esta criticidad se transmite, como no podía ser de otra manera, al cuadro de mando integral. Para velar porque las condiciones de seguridad deseadas también se den en este entorno  se deben crear reglas de seguridad que permitan restringir el acceso:

Uno de los factores clave de éxito en un proyecto es contar con un buen cuadro de mando, que no es otro que el que se adapta a las necesidades de la empresa, y no al revés. Para conseguir una herramienta de estas características hace falta tener presentes los objetivos que se quieren conseguir con su implementación, y que podrían clasificarse en tres grandes grupos:

1. De método