Un experto en big data puede resolver muchas cuestiones de negocio que otros profesionales no podrían. Gracias a un especialista de este tipo la toma de decisiones aumenta de precisión y minimiza las latencias. Se toman sólo los riesgos controlados que pueden desencadenar un hallazgo disruptivo o desembocar en una nueva oportunidad, los demás se detectan y evitan. La empresa avanza, gracias a la incorporación de uno de estos perfiles, ágil, rápida y segura hacia su propia revolución tecnológica. La Transformación Digital va a velocidad de crucero sobre un mar de datos y científicos de datos o analistas de datos son el contramaestre que toda nave ansía incorporar a sus filas. ¿Ya cuentas con estos perfiles en tu negocio?

Las herramientas business intelligence y de análisis reforzarán las capacidades de los negocios de aprovechar las posibilidades del IoT (internet de las cosas, internet of things) tal y como anuncia Gartner en una reciente nota de prensa. En concreto, los próximos dos años serán el momento de explotar el potencial de los sensores gracias a las nuevas tecnologías que, cada empresa, deberá aprender a usar para avanzar hacia sus metas.

Las empresas lo tienen claro: "¿Qué queremos? ¡Explotar el valor de la información, descubrir nuevas oportunidades y perder de vista a la competencia! ¿Cómo lo vamos a conseguir? ¡Buceando en big data, perdiendo el miedo a la Transformación Digital y lanzándonos de cabeza hacia la innovación!". Pero llegados a este punto, siempre sucede lo mismo: "¿Quiénes somos? ¡Analistas big data! ¡Científicos de datos! ¡Ingenieros de datos!". Sus fichajes estrella de IT están por decidir y la cuestión es, ¿a quién elegir?

¿Quieres alcanzar metas? ¿Quieres llegar a tus clientes? ¿Quieres pasarlo bien? El CMI (cuadro de mando integral) parece estar perdiendo interés ante otras formas, más divertidas, de gestionar los recursos empresariales, también conocidas como gamificación. Sin embargo, es peligroso llamarse a error, porque, ni se trata de lo mismo, ni son herramientas intercambiables.

La fijación dinámica de precios es una estrategia de presupuestación en la que el importe de venta al público de los productos cambia en función de la oferta y la demanda, en tiempo real, como medio de respuesta ante su evolución. Aunque no se trata de un planteamiento nuevo, lo que sí que es novedoso son las herramientas business intelligence que se utilizan para conseguirlo, como IBM Cognos TM1.

El predictive analytics requiere de un modelo predictivo pero enfrentarse a él es misión imposible sin el establecimiento de algoritmos. Su determinación no puede llevarse a cabo en cualquier momento, es preciso seguir un orden que puede estructurarse en torno a tres acciones:

No es ningún secreto que el análisis predictivo también puede fallar. Un buen ejemplo de ello fue recordado hace no mucho por Anthony Hilton quien, en un artículo publicado por Standard, citó a una anécdota real que confirma nuestras sospechas: la analítica también es humana. Hilton recuerda que cuando se le preguntó a McKinsey en los ochenta cuál sería la cifra de mercado en EE.UU. para la telefonía móvil en el año 2000, los analistas hicieron sus cálculos y lanzaron un "novecientas mil unidades". Sin embargo, la  cifra real resultó ser de ciento nueve millones de unidades.

La revolución tecnológica terminará de poner a cada empresa en el lugar que le corresponde. los visionarios, los que son líderes y actúan como tales, verán sus esfuerzos recompensados y asegurarán posiciones, beneficiándose del impulso de la transformación. El resto, deberán luchar para sobrevivir. Parte del éxito de quienes logren sacar ventaja tendrá que ver con una correcta elección tecnológica y, en ese área, Gartner tiene mucho que decir.

La razón de ser de los sistemas de gestión empresarial es extraer valor de la información, convertir datos en conocimiento, compartirlo y difundirlo a toda la organización, para que usuarios a todos los niveles puedan beneficiarse de esa inteligencia de negocio en forma de reporting. Para conseguirlo es necesario superar cuatro retos, un camino que resulta mucho más sencillo si se optimizan las capacidades de información de la organización.

Los datos son un recurso abundante, pero muchas veces está infrautilizado. No es tanto una cuestión de herramientas de BI o inversión tecnológica, como lo es de cultura de empresa. Y éste es uno de los puntos en que en Europa flojeamos, en lo que respecta a competitividad digital. La inteligencia de negocio está formada por la ciencia de los datos, el BI y las capacidades analíticas de la organización, en otras palabras: herramientas, procesos, consultas y personas. Y son los miembros de los diferentes departamentos con su talento y su aceptación de una forma de trabajar impulsada por los datos quienes tienen la capacidad de generar valor para el negocio.